Intervenciones y hegemonías partidarias: por qué Corrientes elige gobernador en 2025
Intervenciones y hegemonías partidarias: por qué Corrientes elige gobernador en 2025

Este domingo, la provincia de Corrientes será escenario de la elección para renovar su Poder Ejecutivo y Legislativo, en unos comicios cuyo calendario está desacoplado de la Nación por una historia turbulenta que remite a las primeras décadas del retorno a la democracia, con actores y partidos que siguen presentes en la actualidad.

Puede decirse que la provincia del centro de la región mesopotámica se está poniendo al día, alcanzando a la mayoría de sus hermanas, con excepción de Santiago del Estero, que también vivió un proceso que desordenó la elección de sus autoridades.

Pero el caso de Corrientes tiene otros ecos que llegan hasta el presente.

En 1983, con el retorno a la democracia, en Corrientes alcanzó el poder un espacio que recogía buena parte de la historia política local y que dio inicio al primero de los dos períodos hegemonizados por una sola fuerza. Desde aquellos años de la primavera democrática hasta fines de los 90 se habla de la era del “Pacto”, como se conoció al acuerdo entre autonomistas y liberales cuyo apellido más representativo es el de Romero Feris.

Esa familia ejerció el poder desde la gobernación y fuera de ella hasta 1991. Allí se produjo un suceso que, visto desde hoy, parece de película. Raúl Romero Feris obtuvo una victoria por más de 10 puntos sobre su inmediato perseguidor. Pero en aquel tiempo, previo a la reforma constitucional nacional de 1994, la provincia elegía a sus autoridades por un colegio electoral, es decir, de manera indirecta. El Pacto consiguió la mitad de los escaños del colegio, pero las negociaciones se empantanaron y se llegó al 10 de diciembre sin un gobernador proclamado.

El poder lo tomó provisionalmente el presidente del Senado y el Pacto nombró un gobernador sin mayoría. Desde la Casa Rosada, Carlos Menem intervino la provincia. Allí se abrió un paréntesis signado por la inestabilidad. Nombres como Francisco Durañona y Vedia y Claudia Bello se convirtieron en los que dictaban el pulso de la vida política y social de Corrientes.

Los 90, la era del pacto y de la intervención federal

Se dictó una nueva Constitución provincial que eliminó el colegio electoral y estableció el sufragio directo. El candidato ganador sería el que obtuviera mayoría absoluta. La “normalización” se produjo en octubre de 1993. Raúl Romero Feris quedó a pocos puntos del 50 por ciento y el segundo no quiso participar de la segunda vuelta. En realidad, fue Carlos Menem quien le ordenó a su candidato que no participara, lo mismo que él haría años después contra Néstor Kirchner.

El Pacto, sin embargo, entraba en su declive. En 1997, Tato Romero Feris armó su propia propuesta, el Partido Nuevo (PaNu), que llevó al poder a Pedro Braillard Poccard, quien no completó su mandato por haber sido condenado en un juicio político. De hecho, cuando el gobierno de la Alianza asumió el 10 de diciembre de 1999 en la Casa Rosada se encontró con una virtual acefalía en Corrientes.

La crisis social era profunda y el Estado provincial no podía hacer frente a las deudas y al pago de salarios. Se calcula que se debían 1.400 millones de dólares. Eso eclosionó antes de la Navidad del 99: el gobierno de Fernando de la Rúa mandó a despejar el puente Chaco-Corrientes y la represión policial causó dos muertes.

Los reclamos en el puente que desembocaron en la muerte de dos manifestantes

Allí se produjo una nueva intervención federal que estuvo en manos de dos radicales: Ramón Mestre y Oscar Aguad. La normalización se concretó el 4 de noviembre de 2001 y el 10 de diciembre de ese año, con el “corralito” ya lanzado, asumió el radical Ricardo Colombi. El mandato de De la Rúa se inició con la intervención a Corrientes y, paradójicamente, terminó a los pocos días de la normalización.

Desde allí, el dominio radical fue absoluto. A Ricardo Colombi lo siguió su primo Arturo. En 2009 se enfrentaron en una elección en la que Ricardo se impuso en segunda vuelta con más del 60% de los votos.

En 2017, Gustavo Valdés llegó a la gobernación que ocupa hasta el día de hoy y que quiere dejar en manos de su hermano, Juan Pablo. Su compañero de fórmula será el actual vicegobernador, Pedro Braillard Poccard. Entre sus competidores estará su ex mentor, Ricardo Colombi, quien busca recuperar el control provincial y de la UCR. Todos son nombres que han marcado la historia de los últimos 25 años.

El peronismo también tiene algo para decir. Martín “Tincho” Ascúa enfrenta la difícil tarea de volver al poder que el PJ había conquistado en 1973 y que dejó, hasta ahora sin retorno, en 1976. Se esperanza en que, así como un día terminó el proceso del “Pacto”, esta vez le llegue el turno a la UCR.