Sucursal de BBVA en Madrid. (Europa Press)

Solicitar un préstamo bancario conlleva una serie de costes adicionales que el cliente debe tener en cuenta antes de formalizar el contrato. Entre ellos se incluyen los intereses, las comisiones y, en muchos casos, un seguro asociado que puede aumentar significativamente el coste final del crédito.

El principal coste de un préstamo es el tipo de interés aplicado, que puede ser fijo o variable. En España, las tasas de interés varían en función del tipo de préstamo y del perfil del solicitante. Según los datos del Banco de España, en 2024 el interés medio de los préstamos al consumo ronda el 8%, mientras que los hipotecarios pueden situarse entre el 3 y el 4%.

Además, los bancos pueden cobrar diversas comisiones, como la de apertura, que suele oscilar entre el 0,5 y el 2% del importe total del préstamo. Otras posibles comisiones incluyen la de amortización anticipada o la de estudio.

Un caso real

En muchos casos, los bancos exigen la contratación de un seguro vinculado al préstamo. Este puede ser de vida, desempleo o de protección de pagos. Aunque no es obligatorio por ley, algunas entidades lo imponen como requisito para acceder a mejores condiciones.

El coste del seguro varía en función del tipo de préstamo y del perfil del cliente. En los préstamos personales, la prima del seguro de protección de pagos puede oscilar entre el 2% y el 5% del importe solicitado. En los créditos hipotecarios, el seguro de vida o de hogar puede representar entre 200 y 600 euros anuales, dependiendo del capital asegurado.

El abogado Miguel Orellana, especializado en Banca y Seguros, explica en su canal en TikTok un caso que ha podido conocer, en el que trabaja, e ilustrativo de las prácticas abusivas que aún hoy se siguen cometiendo. “Aunque no lo creáis -comienza-, tenemos un cliente que va a BBVA a pedir un préstamo, en este caso de 17.000 euros. ¿Y sabéis qué seguro le hacen? Uno de 45.000″.

El abogado Miguel Orellana explica en TikTok el caso de su cliente.

“¿Qué sentido tiene?”

“Pero vamos -se queja el letrado-, ¿qué sentido tiene? Es decir, si yo voy a BBVA a pedir un préstamo de 17.000 euros, el riesgo que yo tengo es de 17.000 euros, ¿no? Si tú realmente quieres que yo contrate un seguro que garantice el cobro en el futuro. Si me muero, pues me tendrás que asegurar 17, no 45. Por lo tanto, BBVA, no seáis granujas, no cojáis el camino malo”, advierte Orellana.

“BBVA, haced las cosas bien”, pide el abogado. “Si actuáis con transparencia -termina-, seré el primero en reconocerlo, pero abusos como este no pueden pasar desapercibidos”.

En este caso, la entidad ha asegurado a su cliente más del doble de la deuda, y eso genera un daño al consumidor, partiendo por un mayor coste del seguro, el pago de una prima más alta.

Para el banco, BBVA, puede suponer además una práctica abusiva, que deberían resolver los tribunales. La condena o absolución dependería en un alto grado que el cliente hubiera sido informado adecuadamente o no. Si no autorizó explícitamente este sobrecoste, y dados precedentes, el afectado tiene las de ganar.