Agustín Longueira, el guardaespaldas de Wanda Nara, derrumbó todos los mitos y las dudas que había en torno a su cercana relación con la mediática y confirmó, con lujo de detalles, cómo fue la noche de pasión que disfrutaron en el edificio “Chateau Libertador” cuando ella estaba en pareja, todavía, con Mauro Icardi.

En un explosivo y demoledor testimonio que le brindó al programa Puro Show, el fornido “agente de seguridad privada” aseguró que los hechos sucedieron luego de una fiesta en la que hubo música, baile, amigas, alcohol y mucha mucha efervescencia.

En una palabra, hubo de todo… hasta una ausencia clave y que propició que todo desembocara en el encuentro íntimo: la de Icardi, claro.

Yo estaba tranquilo a un costado, parado cerca de la barra y siempre atento porque en este trabajo uno nunca sabe cuando tiene que entrar en escena. Estaban todos bailando y habían tomado, bueno yo también, y de repente se armó como un trencito y cuando pasó cerca mío Wanda me invitó a sumarme, y así lo hice”, recordó dando a entender que algo estaba por pasar.

Después cuando se terminó el evento, que era un cumpleaños que le organizó Zaira, ella vino y me dijo que estaba toda la prensa atrás y que entonces iba a salir por un costado pero me pidió que la ayudara a salir y que también la siguiera. Fue lo que hice. Entonces fuimos hasta el edificio Chateau. Allí las amigas y Kennis siguieron para seguir la noche y a mi me mandaron a comprar bebidas energizantes. Cuando las subí me invitaron a quedarme, y acepté”, sumó.

En un momento Wanda se fue a bañar y yo me quedé por ahí. Después la reunión siguió, y como se estaba haciendo tarde y yo me tenía que volver a Rosario se los dije y me propusieron que me quedara a dormir en el departamento, lo que para mi era muy positivo. Lo que pedí fue si me podía bañar para estar más cómodo, y me dijeron que sí. Lo hice en una habitación privada. Cuando terminé, se abrió la puerta de la habitación y entró ella”, contó.

“¿Pero entonces pasó lo que te tenía que pasar?”, le preguntó el notero correntino Alejandro Castello. El silencio y la cara cómplice de él “dijeron” mucho más que mil palabras.

Cuando volvieron al piso, el siempre bien informado Mati Vázquez remarcó que “hablé mucho con Longueira y él no me deja mentir, así que esto es muy cierto. Cuando él se terminó de bañar entró ella con una bata, se la abrió, estaba como Dios la trajo al mundo, es decir desnuda, y le dijo “acá estoy para vos”.

Y sí, chicos, tuvieron sexo. Sexo, así se dice. Lo pasaron muy bien porque lo que cuentan es que Longueira le hace honor al apellido. Incluso me contó que después de hacerlo, ella lloró y le dijo que hacía mucho tiempo no se sentía tan protegida por un hombre”.