A poco de las modificaciones que introdujo el Gobierno sobre el régimen de importación de bienes que integran los grandes proyectos del RIGI para incentivar inversiones, analistas ven oportunidades, grandes desafíos y las pymes alertan por competencia desleal.

A través de la Resolución N°1319/2024, el Ministerio de Economía incorporó mayores precisiones en los requisitos, plazos y responsabilidades de los beneficiarios y de las autoridades de control con el fin de simplificación y agilización el mecanismo.

El Régimen está dirigido a empresas que cuenten con un proyecto de mejoramiento de su competitividad aprobado por la Secretaría de Industria y Comercio que dirige Pablo Lavigne.

El “combo” de beneficios está dirigido a la incorporación de bienes de capital nuevos, repuestos, partes, componentes y mercaderías de consumo, así como importaciones temporales. “Estarán exentas de derechos de importación, tasa de estadística y de comprobación de destino, de todo régimen de percepción, recaudación, anticipo o retención de tributos nacionales y/o locales”, explicó Fernando Garabato, socio de Deal Advisory e Industria Financiera, BDO en Argentina.

Mariano Ricciardi, CEO & Founder BDI Consultora de Inversiones, destacó la eliminación de las restricciones cambiarias y arancelarias “lo que facilita las instalaciones de grandes proyectos que necesitan importar maquinaria, tecnología o insumos, para que puedan hacerlo sin costos adicionales o demoras excesivas”.

Asimismo, marcó que reduce la incertidumbre cambiaria al tener “acceso irrestricto” a compras en el exterior y también para repatriar utilidades dentro del marco del RIGI.

Como resultado, los incentivos, mejoran la competitividad de estas empresas extranjeras que “van a poder operar en Argentina a costos similares a los de sus países de origen y no pasan por la trituradora impositiva que afecta al resto de las firmas”.

Inquietudes y desafíos

Desde diciembre, cuando se generaron las modificaciones, las principales consultas sobre la importación de bienes de capital, en el marco del RIGi, están vinculadas a su financiación. 

“Principalmente esto se enmarca en poder incorporarlas en un esquema de financiamiento tipo ´Proyect Finance´”, señaló Garabato y dijo que “el gran desafío” es poder estructurar la incorporación de las obligaciones de pago derivadas de la compra de activos en una estructura financiera aceptable para el mercado de crédito internacional.

Otras consultas comunes, agregó, están vinculadas al impacto económico financiero de la incorporación de los bienes de uso a comprar, especialmente la posibilidad de la amortización acelerada a los efectos fiscales.

Más competencia ¿desleal?

Frente a la diferencia que se genera entre los inversores extranjeros con las firmas locales, particularmente pymes que nutren a los grandes sectores de la economía, el analista de BDO en Argentina explicó que los beneficios que tienen para importar las empresas adheridas al RIGI generan una “ventaja competitiva” sobre empresas importadoras de bienes, que potencialmente las podrían proveer a estas empresas.

“Para muchos insumos específicos los proveedores locales podrían asumir el rol de gestor de compras y cobrar su comisión del proveedor del exterior o de la empresa adherida al RIGI; también podrían brindar servicios sobre la postventa de muchos productos, como herramientas, repuestos, instrumentos varios, entre otros”, analizó Garabato.

Ricciardi explicó que existe una cláusula para que las empresas del RIGI, además de importar sin restricciones, tengan que comprarle a empresas pymes algún porcentaje de sus insumos por un monto igual o superior al 20% del valor FOB total de aquellos bienes nuevos importados. “Acá, es donde va a haber una competencia desleal en algunos sectores y habría que buscar algún esquema de incentivos complementarios para las pymes o un régimen simplificado para que reduzca las trabas burocráticas, beneficios fiscales”, sugirió.

Para el especialista, de cara a los cambios en la matriz productiva, sería correcto generar un “plan de contingencia”, un mecanismo de compensación con reducciones impositivas o financiamiento a las pymes para que puedan competir. “Como en los 90´, industrias como el plástico, textil, automotriz, van a tener muy pocas barreras de entrada para poder competir contra los productos importados”, advirtió.

Simplificación, plazos y condiciones

En lo que respecta a las actualizaciones del Régimen, según el último informe de PWC, uno de los aspectos más destacados es la introducción de la “Constancia de Expediente en Trámite (CET)”, que permite a las empresas comenzar a importar al amparo del régimen una vez presentado su proyecto de adhesión y hasta tanto la autoridad de aplicación emita la resolución aprobatoria del mismo, “siempre que se constituyan las garantías aduaneras correspondientes”.

Si bien existen ciertas condiciones que deberán reunir estos bienes, actualmente se permite que sean adquiridos inclusive para ser aplicados a otras actividades de la empresa beneficiaria y, de corresponder, a las líneas de proveedores directos.

La posesión de los bienes importados y nacionales nuevos, se redujo de 2 años a 12 meses posteriores a la puesta en marcha del proyecto.

Además, se redujo el plazo para la concreción y puesta en marcha del proyecto que no podrá exceder 1 año desde su aprobación, pudiéndose prorrogar por única vez.

Alerta por incumplimiento

Finalmente, se establece el tratamiento para las infracciones o incumplimientos de las condiciones dispuestas en el Régimen para: i) silencio del peticionante, ii) no presentación de rendición de cuentas; iii) diferencias de cantidades; iv) no instalación o puesta en marcha, v) información y/o documentación que prima facie resulte irregular, vi) uso indebido de la CET y vii) no adquisición de bienes nacionales.

“Los esfuerzos de las autoridades por agilizar su procedimiento y adaptarlo a las exigencias de la implementación de un proyecto industrial, colocan a este Régimen nuevamente en el radar de los inversores”, señalan desde PWC y destacan que,  a diferencia de otros regímenes promocionales, “es transversal a diversas industrias y no exige valores mínimos de inversión”.