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La inteligencia emocional es fundamental en el desarrollo personal y social de las niñas y niños, aunque en muchas ocasiones se deja en segundo plano y se priorizan los logros académicos y las actividades extracurriculares. Entonces, ¿cómo hacer que tu hijo tenga inteligencia emocional?

Un reciente estudio publicado por CNBC Make It, y realizado por Reem Raouda, experta en desarrollo infantil, revela que los padres que priorizan la inteligencia emocional de sus hijos adoptan ciertos hábitos clave desde el principio. Estos son los puntos que hay que tener en cuenta:

  • Respetar el silencio emocional. En vez de ofrecer consuelo o soluciones inmediatas, los padres comprenden la importancia de acompañar a sus hijos en silencio. Esto permite que los pequeños procesen sus emociones a su propio ritmo, aprendiendo a gestionar sus sentimientos y a confiar en su intuición.
  • Nombrar las emociones. Los padres emocionalmente conscientes enseñan a sus hijos a identificar y expresar sus emociones. Al compartir sus propios sentimientos, fomentan un ambiente donde la comunicación emocional es natural y segura, ayudando a los niños a encontrar las palabras adecuadas para describir cómo se sienten.
  • Pedir disculpas cuando es necesario. Los padres que no temen admitir cuando se equivocan, demuestran que la responsabilidad y la humildad son valores fundamentales. Este comportamiento enseña a los niños a reparar relaciones y a ser más empáticos.
  • Modelar la cortesía en lugar de imponer. En vez de forzar a los hijos a decir “por favor” o “gracias”, se da el ejemplo con acciones. Esto permite que los niños interioricen la importancia de la amabilidad y la cortesía de manera natural y auténtica.
  • Validar sus preocupaciones, por pequeñas que sean. Tomar en serio los problemas de los niños, sin importar cuán insignificantes parezcan, refuerza su autoestima y seguridad emocional. Escuchar y validar sus emociones les enseña que sus sentimientos son importantes y dignos de respeto.
  • Fomentar la toma de decisiones. En vez de resolver todos los problemas por ellos, estos padres animan a sus hijos a pensar de forma crítica a través de preguntas: “¿Qué crees que deberíamos hacer?” Esto promueve la autonomía, el pensamiento lógico y la confianza en sus propias decisiones.
  • Permitir momentos de aburrimiento. No planificar cada minuto de su vida es clave para el desarrollo de la creatividad y la autorregulación. Permitir que los niños experimenten el aburrimiento les enseña a disfrutar de su propia compañía y a encontrar soluciones creativas para entretenerse.

En resumen, estos 7 hábitos identificados por Reem Raouda, potencian la inteligencia emocional de los niñas y niños, y que impactará en que sean adultos empáticos, resilientes y emocionalmente equilibrados, al mismo tiempo que fortalecen los lazos con sus madres y padres.

El Universal (México)

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