En un mundo cada vez más urbanizado, la privacidad en nuestros espacios exteriores es una preocupación constante. Mientras los jardines y patios se transforman en extensiones de nuestras casas, crear un refugio íntimo y protegido de las miradas indiscretas de los vecinos se vuelve una prioridad.
Afortunadamente, la jardinería ofrece soluciones naturales y estéticas para este desafío. Elegir las especies adecuadas puede transformar cualquier área al aire libre en un santuario de privacidad, añadiendo al mismo tiempo belleza y funcionalidad de una manera natural y amigable con el medio ambiente.
Desde exuberantes arbustos hasta discretas cortinas de hojas, las plantas no solo sirven como barreras visuales, sino que también contribuyen al bienestar general y la calidad ambiental de nuestros jardines.
Plantas para refugiarse de los vecinos
Caracolillo, caracol (Cochliasanthus caracalla): es una nativa de Misiones, pariente del poroto, que parece de cuento por sus flores en forma de caracol y crece vertiginosamente cuando se encuentra a gusto.
Es una liana de follaje permanente si las temperaturas invernales no bajan de 5° C. Sus flores tienen una extrañísima forma de corola espiralada, con varios tonos, crema, lila y púrpura, y son perfumadas. Necesita sol y suelo rico, que guarde buena humedad; mejor si el aire es también húmedo. Es ideal para crear espacios privados.
- Ventaja: crece rápido.
- Desventaja: no tolera el frío.
Dama del monte (Clytostoma callistegioides): es una nativa que crece desde el norte húmedo hasta Buenos Aires. Es una liana o trepadora vigorosa, de follaje denso, permanente (o parcialmente caduco si se cultiva en zonas con inviernos marcados). Logra espacios protegidos de miradas ajenas.
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Las flores tienen forma de trompeta, de unos 7 cm de longitud, de distintas tonalidades de rosa con la garganta blanca. Florece principalmente entre primavera y principios del verano. Los frutos son alargados y tienen protuberancias. Crece al sol o bajo media sombra. Necesita suelo fértil, bien drenado, con una humedad media, pero es conveniente que no le falte humedad.
Crece muy bien sobre pérgolas. También para cubrir columnas y paredes.
- Ventaja: su follaje es muy denso y su floración abundante.
- Desventaja: es sensible a las bajas temperaturas.
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Dodonea, falsa chilca (Dodonaea viscosa): es un arbusto útil para formar pantallas de ocultamiento y barreras contra el viento en lugares donde otras plantas no crecen fácilmente.
Las flores, no demasiado notables, dan lugar a frutos alados bastante llamativos, rojizos, que persisten mucho tiempo en la planta. El crecimiento es medio. Hay variedades de hojas coloreadas todo el año, como la ‘Purpúrea’. Se utiliza en espacios que necesitan reparo y protección de la vista externa.
Necesita sol y terrenos bien drenados. Es una planta muy rústica que de adulta tolera la sequía, pero en los primeros tiempos después de la plantación conviene regar si falta el agua. Resiste los vientos, terrenos francamente arenosos, pobres y calor extremo. No soporta anegamientos o suelos muy húmedos. Crece bien en zonas de tropicales a templadas. Se pueden cultivar en maceteros.
- Ventaja: su rusticidad y follaje persistente.
- Desventaja: no crece bien en terrenos húmedos.
Es una planta muy común en los jardines argentinos, pero es extremadamente invasora
Enredadera de alambre, helecho lenteja (Muehlenbeckia complexa): es una enredadera que forma un tapiz original porque los tallos son oscuros y sinuosos y contrastan con el verde de las pequeñas hojas redondeadas (a veces con el envés rojizo). Tiene flores, pero casi no se notan porque son muy chicas y blanquecinas. Se la considera una planta interesante por su follaje.
Crece desordenadamente, lo que puede ser uno de sus encantos. Necesita media sombra, aunque puede cultivarse al sol, algo que amplía su uso a la hora de lograr protección. Prefiere suelos con buena humedad. Soporta la salinidad de costas marítimas. Tolera bien heladas.
- Ventaja: sus tallos sinuosos y su follaje.
- Desventaja: si el frío es severo, puede desaparecer la parte aérea.
Eugenia (Syzygium paniculatum ‘Big Red’, antes Eugenia myrtifolia): es un arbolito de origen australiano de follaje denso y verde oscuro, que no se pierde en invierno. Se usa mucho para cercos y pantallas de ocultamiento para proteger espacios de la vista ajena. Alcanza 3 m de altura y 2 m de diámetro aproximadamente.
Si no se poda regularmente, en primavera aparecen flores pequeñas y blancas, con múltiples y largos estambres. Los frutos son oblongos, de un rojo violáceo y se notan en verano y otoño.
Crece al sol, tolera la media sombra. Los suelos deben tener buen drenaje, no anegarse, pero a la vez contener suficiente agua (sufren su falta); mejor si son ricos en materia orgánica y preferentemente con un pH ligeramente ácido. En suelos alcalinos, sufre deficiencias de hierro que se evidencian en amarilleo (clorosis) de las hojas nuevas. En ese caso, se aplica en el suelo quelatos de hierro y se evita regar con aguas duras. Es una planta de clima templado, no tolera las heladas fuertes. Acepta muy bien la poda que permite que crezca con más fuerza para proteger espacios o definir límites.
- Ventaja: su follaje y buena respuesta a la poda.
- Desventaja: es sensible a los suelos muy alcalinos.