Netflix estrenó el 29 de noviembre la miniserie llamada Senna, en honor al piloto de carrera Ayrton Senna, que compitió en la década del 80′ y 90′ y dejó gratos recuerdos en los amantes del deporte de las cuatro ruedas. Con una carrera repleta de títulos y momentos importantes, el multimedio estadounidense armó una pequeña producción de seis capítulos para contar los pormenores de su estadía en el automovilismo.

Para llegar al estrellato, el piloto brasileño debió imponerse contra sus colegas, y uno de ellos fue Enrique Mansilla, un automovilista argentino que descolló en las pistas y se le presentó como un oponente de fuste.

Enrique Mansilla nació el 14 de febrero de 1958. Desde sus primeros años de vida, entendió que su camino era ser corredor de autos, aunque para llegar a esta condición debió afrontar muchas circunstancias adversas, entre ellas, hacer el servicio militar en la década del 70′ en el Batallón Depósito de Arsenales 601 “Domingo Viejo Bueno”, ubicado en Monte Chingolo, Lanús.

Quién fue Enrique Mansilla, el rival argentino que puso en aprietos a Ayrton Senna

En el ínterin de este crudo momento, Mansilla se conectaba con el automovilismo a través de la lectura de la revista llamada CORSA, hasta que pudo dar con un aviso clasificado de la escuela de pilotos de Jorge Omar del Río, donde se brindaban cursos afines para capacitarse en el mundo automotor.

Tras rendir varios exámenes y calificar como uno de los mejores pilotos, Mansilla decidió meterse de lleno en el automovilismo, a punto tal de conseguir una prueba para competir en Inglaterra en el año 1979 en la categoría Fórmula Ford 1600.

Con un espíritu competitivo que afloraba en cada una de las carreras, Mansilla empezó a codearse con Senna a principio de 1980, cuando ambos daban sus primeros pasos y compartían escudería. Tras instalarse en la escena del automovilismo internacional, el argentino venció, en 1981, a su colega en el circuito Mallory Park (Inglaterra), y eso generó un encontronazo entre ambos que terminó con insultos en la zona de boxes.

Lejos de pasar a mayores, la rivalidad entre Mansilla y el oriundo de São Paulo quedó en las pistas. Aunque, al principio, parecían estar destinados a brillar en el circuito, solamente Senna pudo estirar su vida útil en el automovilismo. En el caso del piloto argentino, las cuestiones políticas y sociales emparentadas con la Guerra de las Malvinas le impidieron progresar económicamente, en un deporte donde se necesita un soporte monetario para cubrir los honorarios de mecánicos y otros profesionales que preparan el auto.

Ayrton Senna

Una vez que Reino Unido ocupó las Islas Malvinas, los argentinos que vivían en el exterior sufrieron un congelamiento de sus cuentas bancarias. En el caso particular de Mansilla no podía recibir dinero por parte de sus patrocinadores y eso perjudicó su estadía en la alta competencia. Este hecho, sumado a otros contratiempos, lo fueron alejando de la actividad, a pesar de tener un futuro promisorio.

Senna, en cambio, continuó su racha ascendente y, años más tarde, logró ser campeón de la Fórmula 1 en tres oportunidades. Por su parte, Mansilla, en 1986, decidió retirarse de la actividad y siguió vinculado al automovilismo como vendedor de autopartes y, actualmente, como consultor para diferentes escuderías.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.