John Lennon estaba muy nervioso. No enfrentaba a una audiencia hacía más de dos años. Sin embargo, había perdido una apuesta y tenía que cumplir. Salió vestido de negro, con una gran gardenia prendida al saco cortesía de Yoko Ono y un colgante de diamantes con la inscripción “Winston O’Boogie”, que le había regalado el músico que lo había arrastrado al escenario esa noche. Era el Día de Acción de Gracias de 1974 y cuando la multitud de casi 20.000 personas lo vio empuñar su guitarra, las paredes del Madison Square Garden de Nueva York se derrumbaron. Sonaron los primeros acordes de “Whatever Gets You Thru The Night”, el hit que lo llevó a la cima de los charts por primera y única vez en su vida como solista. Elton John estaba cerrando su exitosa gira por los Estados Unidos y no podía haber tenido un mejor final, con un beatle acompañándolo en una actuación que quedó para la historia.
El “fin de semana perdido” de Lennon, que duró dieciocho meses, fue caótico y plagado de excesos, pero también muy productivo. En ese período que estuvo separado de Yoko y acompañado por su asistente y amante May Pang grabó tres álbumes –Mind Games, Walls and Bridges y Rock and roll-, colaboró con Ringo Starr en Ringo y Goodnight Vienna y produjo Pussy Cats, de Harry Nilsson y una sesión de Mick Jagger, “Too Many Cooks (Spoil the Soup)”, que quedó encajonada hasta 2007.
Walls and Bridges lo muestra reflexivo, libre de ataduras, pero a la vez desgarrado por su separación. A pesar de la gran ingesta de alcohol y drogas que tuvo en ese tiempo, la grabación fue hecha con mucho profesionalismo, con John mostrándose muy seguro de sí mismo y de sus canciones. De allí se desprenden el clásico y “#9 Dream” y “Whatever Gets You Thru The Night”, la canción que menos le gustaba y que sin embargo fue la única de su carrera en solitario que alcanzó el primer puesto de los rankings en su vida (porque “(Just Like) Starting Over”, de Double Fantasy, lo logró después de su asesinato).
El título lo tomó de un programa conducido por el reverendo Mike, un famoso evangelista afroamericano, a quien captó mientras hacía zapping diciendo: “Déjenme decirles, muchachos, no importa, es lo que les ayude a pasar la noche”. John tomó esa línea, expresada en un contexto en el que se hablaba de superar el alcoholismo, y la usó para cantarle a la autopreservación mientras enfrentaba sus propias inseguridades y vivía inmerso en el descontrol. La música está inspirada en “Rock Your Baby”, el hit disco soul que cosechó George McCrae en 1974 y que, tal como le confesó a la revista Spin en 1975, “hubiera dado un colmillo por haberla escrito”.
Cuando Elton John llegó a los Estados Unidos para iniciar una gira de 70 días por todo el país, se reencontró con Lennon, quien le mostró lo que había estado grabando y le dijo que le gustaría que participara en alguna canción. Él eligió “Whatever Gets You Thru The Night” porque era la que más espacio le dejaba para tocar, pero también porque veía que tenía pasta de hit, aunque para Lennon era la peor del disco. El compositor de “Rocket Man” se encontraba en su mejor momento, con dos sencillos en el top 100 y tres álbumes en el top 200 de los Estados Unidos, por lo que sabía cuándo una canción tenía el potencial para convertirse en un éxito.
Elton se dirigió a los estudios Record Plant de Nueva York, donde se registró todo Walls and Bridges; escuchó la canción por segunda vez, se sentó en el piano e hizo su parte. Después se unió a Lennon y grabaron las explosivas voces a dúo. Sobre el final de la sesión, sumó coros a “Surprise, Surprise (Sweet Bird of Paradox)”, un tema dedicado a May Pang, que fue quien lo contuvo emocionalmente durante el tiempo que estuvo separado de Yoko.
El beatle devolvió la cortesía y días después viajó a los estudios Caribou Ranch, construido sobre las Montañas Rocosas en Colorado, para grabar las guitarras y los coros de la relectura con vibras reggae de “Lucy in the Sky with Diamonds” que Elton lanzó como single ese mismo año. Como lado B registró otra composición de Lennon, “One Day at a Time”, incluida en Mind Games. En los créditos, John aparece como el Dr. Winston O’Boogie. En agradecimiento, el pianista le entregó un colgante de ónix con una pared de oro y un puente de platino que vaticinaba el éxito que tendría Walls and Bridges. Escrito en diamantes estaba este seudónimo que solo usó en esa ocasión y en los créditos del nuevo LP.
El vicepresidente de Capitol Records, Al Coury, fue quien eligió “Whatever Gets You Thru The Night” como sencillo. Si había un ejecutivo de la industria con instinto comercial y con capacidad de asumir riesgos, ése era él. Si había acertado con “Band on the Run”, de Paul McCartney y con “Money”, de Pink Floyd en 1973, no tenía dudas que un rock and roll con aires de música disco y una pegadiza línea de saxo (cortesía de Bobby Keys) cantada por dos de los artistas británicos más influyentes que habitaban la Tierra no podía fallar.
Lennon, en cambio, creía que era la canción más deslucida del álbum. Por eso aceptó la apuesta de Elton de tocarla en vivo si trepaba al primer puesto de los rankings. Para su sorpresa, tanto el sencillo como el disco alcanzaron la cima el 18 de noviembre de 1974 y, como buen perdedor, decidió honrar su promesa. “‘Imagine’ tendría que haber sido número uno y ‘Whatever Gets You Thru The Night’, que era una parodia, debió haber llegado al 39. No tiene ningún sentido”, admitió años después.
Hacía poco más de dos años que John no daba un concierto y subirse al escenario acompañando a uno de los músicos más extravagantes y carismáticos del momento le daba terror. No iba a estar acompañado por ninguno de los músicos de la Plastic Ono Band y menos aún por Yoko. Días antes del show, acompañó a Elton a Boston y observó a un público tan efervescente como en los tiempos de la beatlemanía. La experiencia le sirvió para sacarse el pánico escénico, al menos un poco. Ya sabía a lo que se enfrentaba.
El tour por los Estados Unidos de Elton John había llegado a su último tramo. Su set se centraba en Goodbye Yellow Brick Road, su álbum consagratorio de 1973, y el recién lanzado Caribou. En Nueva York lo esperaban dos funciones llenas en el Madison Square Garden. Una de ellas, la del 28 de noviembre, cayó el Día de Acción de Gracias, que resultó la fecha ideal para esta reunión histórica.
Promediando el recital, Elton invitó a Lennon al escenario. Había estado más de una hora con los nervios a flor de piel, a tal punto que, como describe Philip Norman en la biografía que hizo del beatle, había olvidado cómo afinar su guitarra. Yoko le había enviado una gardenia, que se puso elegantemente en el traje antes de salir al escenario. Si bien se dijo a la prensa que ella estaba ausente y que John no hubiera podido tocar con ella enfrente, May Pang cuenta en sus memorias que estuvo entre la audiencia y que su marido lo sabía.
Tras el efusivo recibimiento del público, la banda empezó a tocar “Whatever Gets You Thru The Night”. Siguieron con “Lucy in the Sky With Diamonds” -el single de Elton había salido quince días antes- y, para sorpresa de todos, cerraron con “I Saw Her Standing There”, que Lennon presentó como una canción de “un viejo prometido mío de quien me distancié llamado Paul”. El detalle, que solo conocían unos pocos, era que los dos beatles se habían reconciliado hacía apenas unos pocos meses.
John luego contó que la primera opción que sugirió Elton para terminar fue “Imagine”. “Pero no quería parecer como Dean Martin haciendo mis clásicos”, admitió. “Yo quería divertirme y tocar rock and roll”. El autor de “Tiny Dancer” luego propuso “I Saw Her Standing There” y a él le entusiasmó porque él no había cantado en la versión original, donde la voz principal es de McCartney.
Tras la performance, el concierto continuó con un público visiblemente emocionado. Lennon reapareció para tocar la pandereta en “The Bitch Is Back”, el tema con el que cerraba el espectáculo. Detrás de escena, lo esperaba Yoko para felicitarlo. Allí comenzó su reconciliación.
Al final resultó ser la última presentación en vivo de John Lennon. Al poco tiempo nació su hijo Sean y puso su carrera en pausa hasta 1980, cuando sacó Double Fantasy. Luego fue brutalmente asesinado. Afortunadamente, el registro de esas canciones quedó inmortalizado en varios lanzamientos, principalmente en la reedición expandida del álbum en vivo de Elton John, Here and There. Cuando pensó que su música ya no importaba, una pequeña ayuda de un amigo le demostró que estaba equivocado.