Laura Esquivel es, como Tini Stoessel, Brenda Asnicar y tantas más, una artista que conoció la fama de muy chica, a una edad en la que no tenía herramientas ni madurez para lidiar con la exposición. Poco preparada para enfrentar esa situación, y lo que vendría después, la ex Patito Feo vivió momentos de angustia, ansiedad y depresión.
A pesar de contar con una familia muy presente, Esquivel tambaleó cuando terminó la secundaria y empezaron los altibajos típicos del trabajo artístico. Y ahora, años después, la joven habló en una entrevista que le hizo Luis Novaresio sobre la honda depresión que atravesó y que la llevó, incluso, a pensar en dejar de existir.
“Me pareció escuchar que en un momento por ahí no sabías si seguías viviendo”, deslizó Novaresio, tanteando a su entrevistada en su ciclo de La Nación +. “Sí, sí. Yo lo tomo todo esto con naturalidad, porque es parte de mi vida ya”, le contestó ella, con el pie para contar sobre esos tiempos delicados.
“Estuve en un momento súper oscuro, después de mi ansiedad, cuando empecé terapia, a mis 20, 22… Yo entré en una depresión, súper grande, durante un año. Y que no entendía qué era lo que me pasaba”, relató, y agregó: “Entré en un tratamiento con medicación y demás, por un año y pico”.
LAURA ESQUIVEL CONTÓ CÓMO SALIÓ ADELANTE DE LA DEPRESIÓN
Laura Esquivel dio a entender que la medicación la salvó. “Si no hubiera sido quizás por haber entrado en esa medicación, en ese momento, yo no sé…”, señaló la actriz y cantante, antes de explicar su problema extra: callar sus problemas.
“Yo no hablaba las cosas. Había empezado a hablar de a poquito con mi familia de lo que me pasaba”, aclaró Laura, quien destaca como uno de los más grandes logros de su vida el haber podido agarrar el teléfono en su peor momento para llamar a su papá y decirle que no estaba bien.
En este sentido, la artista dejó un mensaje para quienes estén pasando por una situación similar: “Si sentiste que pudiste levantar el teléfono, hacelo. Llamá a quien quieras: llamá a tu amigo, a tu vecino, a tu tío, a tu hermano. Llamá, pedí ayuda. De ahí empieza otro camino diferente”.