Las durísimas declaraciones de Isa Pantoja relatando los desprecios y vejaciones que sufrió en Cantora por parte de su familia han dejado varios grandes señalados. La primera, Isabel Pantoja, que nunca sacó la cara por su hija y no detuvo los feos y humillaciones que su madre y sus hermanos harían a la peruana por no ser de su sangre. Y el segundo, Kiko Rivera, que como ha confirmado su hermana no solo le llevó al ginecólogo con 16 años exigiendo que la explorasen para averiguar si había perdido la virginidad, sino que la regó en Cantora en una especie de ritual de ‘purificación’ mientras la increpaba llamándola “sucia” por haber mantenido relaciones sexuales con su pareja de entonces.
Mientras el hijo de la tonadillera continúa ‘desaparecido’ y no se ha dejado ver desde que Isa confesó cómo se había portado con ella, Irene Rosales ha tenido que volver a dar la cara por su marido. Tras reconocer hace unos días que “empatizaba” con su cuñada, justificar que tanto Kiko como su hermana habían reclamado cariño cada uno a su manera, asegurar que el Dj siempre ha adorado a la peruana, ha tomado la decisión de no volver a pronunciarse sobre el desgarrador relato de la hija de Isabel Pantoja.
“Ya no voy a opinar más ni voy a decir nada más y nada… no puedo decir nada más” ha reaccionado a las últimas declaraciones de Isa, en las que la joven ha expresado que entiende que Irene justifique a su marido y ha admitido que no se esperaba otra cosa de su cuñada, aunque le ha reconfortado que en cierto modo haya comprendido su dolor.
Muy seria, y sin dejar de hacer muecas, la sevillana ha preferido no revelar cómo se encuentra Kiko ni cómo está sobrellevando la oleada de críticas y ataques que está recibiendo después de que Isa haya hecho públicos los desprecios que tuvo con ella en el momento en el que más necesitaba su apoyo. “No voy a decir na más, no quiero decir nada porque lo que pueda decir u opinar al final se malinterpreta” ha explicado Irene muy incómoda.
Sin embargo, no ha dudado en volver a dar la cara por su marido y justificar su silencio en los últimos días, apuntando que “ahora mismo tiene que estar centrado en él y sanarse él desde hace tiempo”, de ahí que no quiera decir nada sobre Kiko.
Muy sincera, Irene ha reconocido que no sabe qué responder a lo último que ha contado Isa, que ha confesado que pidió perdón a su hermano tras el episodio de la manguera porque se sentía culpable por lo que había pasado y creía que había hecho algo muy grave por haber perdido la virginidad con 16 años: “Yo no puedo entrar en nada de eso de verdad. No puedo decir nada, yo ahí no estaba. Son preguntas que ni puedo contestar ni tampoco voy a entrar” ha zanjado, dejando en el aire si se cree que Kiko pidió a su hermana que abortase cuando se quedó embarazada de su hijo Alberto.