Parece que danzaran al ritmo del tango, pero empuñan cuchillos y se están enfrentando a duelo. Los dos hombres practican la esgrima criolla en ma esquina empedrada del sur de Buenos Aires, hasta que uno de ellos cae herido al suelo. La escena del corto de Joaquín Aras presentado hoy en Fundación Andreani, justo cuando el último Gallery del año comenzaba en La Boca y San Telmo, no sólo rinde homenaje al cine argentino de hace casi un siglo. También permite revivir las costumbres de generaciones precedentes que habitaron el sur de Buenos Aires y aportaron lo suyo para construir la ciudad que hoy volvió a ser una fiesta durante la Noche de los Museos.
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Por ejemplo Benito Quinquela Martín, que transformó con colores una calle por donde solía pasar un tren en un museo a cielo abierto. Allí pueden verse ahora otros personajes que remiten a la década de 1940, tallados por Vicente Walter sobre la fachada del conventillo donde vivía. También él, para crearlos, empuñaba un cuchillo.
“Era albañil y no quería cobrar por sus obras; pedía a cambio comida para él y sus gatos”, explicó Evelyn Sol Marquez, una de las guías de los recorridos gratuitos organizados por Gallery, a decenas de personas que la acompañaron a caminar por el barrio durante dos horas.
Varios de esos relieves fueron apareciendo a medida que el grupo avanzaba. Poco antes de llegar a la Bombonera, estadio intervenido con murales de Pérez Celis y Rómulo Macciò, la guía se detuvo ante retratos recientes de Diego Maradona y otros jugadores de fútbol realizados por el joven artista entrerriano Javier Rebada.
Siguieron paradas ante varias pinturas de grandes dimensiones realizadas al aire libre por autores de firmas extravagantes como el “Gordo Pelota”, como apodaron sus amigos a Martín Kazanietz, o “Pum Pum”, una artista que nunca quiso revelar su verdadera identidad.
Las calles boquenses parecen haberse ganado un lugar en el mapa global del Street Art, ya que allí también hay una gran intervención surrealista del dúo Telmo & Miel, de origen holandés; otra de Marina Zumi, argentina radicada en Berlín, y otro de TEC, talento local emigrado a San Pablo.
Sobre una misma vereda de la Avenida Benito Pérez Galdós hay dos muy atractivos realizados por Milu Correch y Martín Ron, que representan a mujeres. Y sobre Aristóbulo del Valle, el famoso retrato de Maradona creado por Alfredo Segatori apenas murió el ídolo. “No vengan nunca solos acá, por favor”, recomendó la guía en medio de la desolada cuadra, cerca de la Usina del Arte.
La visita concluyó en la Fundación Larivière, donde se exhiben las fotografías de Leonora Vicuña y de Cecilia Szalkowicz. Justo cuando se iniciaba en la galería Piedras, en San Telmo, la performance que acompaña la muestra de pinturas de Carrie Bencardino. Allí se detuvo Diego Costa Peuser, impulsor de los circuitos Gallery, antes de seguir camino hacia la galería Cott.
El programa organizado por Pinta con auspicio del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires terminó al atardecer en el jardín de la galería W, con música de DJ, justo cuando comenzaba a formarse una larga fila a dos cuadras de allí, sobre la vereda del Museo Moderno. Se pasaba así la posta a la Noche de los Museos, en una maratón creativa que duró doce horas.