El Turco Naim compartió en “Almorzando con Juana” cómo Montañita, una tranquila comuna en Ecuador, se convirtió en su refugio personal luego de su separación de Emilia Attias. La relación de Naim con este paraíso playero empezó hace tres décadas, cuando, buscando mejores olas para surfear en aguas cálidas, llegó a este rincón del Pacífico.
A lo largo de los años, Montañita no solo fue una escapada vacacional, sino que se transformó en un segundo hogar, tanto para él como para su familia, especialmente su hija Gina. Naim explicó cómo fue aquel primer contacto con Montañita, un viaje que se le presentó como una recomendación de un amigo.
“Estaba surfeando en Lima y me quejé porque el agua estaba fría. Este italiano me preguntó si conocía Ecuador y me habló de Montañita. Decidí tomar un ómnibus, y fue toda una aventura: 26 horas de viaje a través del desierto”, recordó. La emoción al llegar fue indescriptible.
“Cuando finalmente vimos el mar, fue una locura. El agua era caliente, la bahía espectacular. En ese momento me quedé tres meses, y luego seguí volviendo por años. Nos hicimos parte de la comunidad”, contó con nostalgia.
Tras su separación de Attias, el Turco decidió establecerse en Montañita para reencontrarse consigo mismo. “Me dije que necesitaba un tiempo allá para reacomodar mi vida. El ritmo de vida en Buenos Aires era muy rápido y Montañita me ayudó a encontrar paz y tranquilidad,” expresó.
Allí, el actor decidió invertir y emprender con un bar, una actividad que, según él, encajaba con su perfil, ya que siempre le interesó el mundo de la hospitalidad y las relaciones sociales.
“Hice un bar, algo que ya hacía aquí en Argentina. Lo construí y ahora está funcionando bien. Incluso tengo a muchísimos amigos que ya están planeando venir”, bromeó en la entrevista.
Montañita le ha dado al Turco una rutina completamente diferente y “terapéutica”. El lugar se caracteriza por un clima cálido, con un mar que, según Naim, alcanza los 26 grados y en el que se pueden observar ballenas durante la temporada.
“Estuvimos toda esta temporada rodeados de ballenas, fue un poema. Pero estaba solo, no en una baja anímica, sino que estuve en la temporada baja, lo cual hizo que la experiencia fuera distinta“, agregó.
En la charla, el Turco Naim también habló de su vida actual y de cómo lleva su rol de padre a la distancia. “Hablo todos los días con mi hija Gina, tiene ocho años y es la luz de mi vida. Aunque me siento acompañado por amigos en Montañita, siempre extraño a mi hija”, confesó.
Si bien ha encontrado en este rincón de Ecuador un espacio de paz, admite que la soledad le pesa a veces y que su vínculo con Gina es fundamental para mantener el equilibrio.