La autonomía cognitiva se define como la capacidad para pensar de manera independiente, tomar decisiones informadas y resolver problemas de forma libre. Es decir, es la habilidad de utilizar nuestra capacidad mental (memoria, atención, lenguaje, razonamiento, etcétera) para dirigir nuestra vida de acuerdo a nuestros propios objetivos y valores.

La autonomía cognitiva nos permite:

  • Pensar por nosotros mismos, formando opiniones y sosteniendo creencias sin dejarnos influenciar excesivamente por los demás.
  • Tomar decisiones evaluando diferentes opciones y eligiendo la que consideramos más adecuada.
  • Resolver problemas encontrando soluciones creativas y eficaces ante los desafíos que se nos presentan.

Muchos profesionales de la salud insisten en la importancia de la autonomía a medida que aumenta la edad, no solamente para alcanzar más bienestar y sentirnos más satisfechos con nuestra vida, al tener un mayor control sobre ella, sino también porque nos permite tener vínculos más saludables, donde predomine la comunicación abierta y honesta con los demás.

La autonomía favorece la capacidad de adaptarnos a los cambios y ayuda a enfrentar las transformaciones de nuestro entorno de manera más flexible y positiva.

Estrategias para estimular la mente

Las estrategias para estimular la mente y mantenerla activa son diversas y seguro ya ponés algunas en práctica. De todos modos, revisemos esta lista:

  • Lectura: amplía el vocabulario y mejora la comprensión, desarrolla la creatividad, mejora la memoria, fomenta el pensamiento crítico y aumenta la empatía.

Claves del entrenamiento cognitivo para mantener una mente ágil y vivir una autonomía plena

  • Aprendizaje continuo: estudiar, aprender nuevas habilidades o idiomas contribuye a aumentar la plasticidad cerebral, la adaptabilidad, la motivación y la satisfacción. Para incorporar el aprendizaje continuo tenemos que establecer metas, diversificar nuestras fuentes de información para explorar nuevos intereses y buscar oportunidades en los medios a nuestro alcance.
  • Interacción social: a través de los vínculos con los demás, adquirimos nuevas perspectivas, desafiamos nuestras creencias y desarrollamos habilidades sociales y comunicativas esenciales para pensar de manera independiente y crítica. Realizar voluntariado nos permite ayudar a los demás y desarrollar nuestra empatía y capacidad de cooperación.
  • Estilo de vida saludable: es un pilar fundamental para fomentar la autonomía cognitiva. Al cuidar nuestro cuerpo, también nutrimos nuestro cerebro y mejoramos nuestras capacidades cognitivas porque tenemos una mejor irrigación cerebral, reducción del estrés, protección contra enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras condiciones.
  • Una alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, descanso adecuado y una saludable gestión del estrés mediante técnicas de relajación son una excelente batería de medidas de autocuidado.
  • Tecnología al servicio del cerebro: la tecnología avanza exponencialmente y una de las áreas en las que ha tenido un mayor impacto es en la mejora de nuestras capacidades cognitivas. A través de diversas herramientas y aplicaciones podemos estimular nuestro cerebro, desarrollar nuevas habilidades y, en última instancia, fomentar nuestra autonomía cognitiva. Sin embargo, debemos considerarla un complemento de la lectura y la interacción social, por ejemplo, nunca debe convertirse en un sustituto de estas instancias.
  • Entrenamiento cognitivo: este conjunto de actividades y ejercicios diseñados específicamente para mejorar las funciones cognitivas como la memoria, la atención, la concentración, la resolución de problemas y la flexibilidad mental puede realizarse de forma individual o guiada por un especialista, y suele incluir juegos mentales, rompecabezas, ejercicios de memoria, entre otros.

Claves del entrenamiento cognitivo para mantener una mente ágil y vivir una autonomía plena

Cómo funciona el entrenamiento

El entrenamiento cognitivo funciona al crear nuevas conexiones neuronales en el cerebro. Al enfrentar desafíos cognitivos de manera regular estimulamos la neuroplasticidad.

  • Mejora de la memoria: tanto la de corto como la de largo plazo pueden beneficiarse.
  • Mayor atención y concentración: permite mantener la atención enfocada en una tarea durante más tiempo y reducir la distracción.
  • Aumento de la velocidad de procesamiento: el cerebro se vuelve más eficiente para analizar información.
  • Mayor flexibilidad cognitiva: facilita la adaptación a nuevas situaciones y la resolución de problemas.
  • Reducción del riesgo de deterioro cognitivo: el entrenamiento puede ayudar a prevenir o retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.

Prevención a cualquier edad

Como sucede con respecto a cualquier aspecto de nuestra salud es bueno adoptar medidas preventivas a cualquier edad, consultar a un especialista y detectar los primeros signos de deterioro cognitivo o falta de autonomía. El envejecimiento, las enfermedades neurodegenerativas, los hábitos de vida menos saludables o algunos factores ambientales pueden provocar o acelerar procesos de disminución de nuestras capacidades.

En un mundo cada vez más complejo, la autonomía cognitiva es nuestra mayor aliada. Con una mente ágil y flexible, podemos enfrentar cualquier desafío y construir un futuro mejor para todos. Pero debemos recordar que se trata de un viaje, no un destino. Cada paso que damos, cada nuevo conocimiento que adquirimos, nos acerca a una versión más completa y realizada de nosotros mismos. Vale la pena comenzar hoy mismo.

Por Ana Abbona Santín

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.