El día comenzó como cualquier otro. Temprano en la mañana, le puso la correa a uno de los perros del refugio y se dispuso a dar un paseo tranquilo por los senderos del lugar. Siempre atento, Dan Fishbein, miraba con atención que el perro con el que caminaba no chocara contra una rama o palo afilado.
“Siempre me concentro y miro con atención dónde está su cabeza porque tiende a chocar contra las cosas y no quiero que se lastime”. Aunque Moogan es un perro ciego, eso no le impide oler las flores y disfrutar de la vida. Había llegado al refugio de adulto y con una personalidad única: juguetón, saltarín y siempre bien predispuesto a correr y mantenerse activo. Al comienzo, le encantaban los espacios abiertos, conocer gente nueva y jugar interminables juegos de tira y afloja con sus mejores amigos. Pero, de pronto, sucedió algo inexplicable. Moogan: comenzó a perder la vista.
Se procedió entonces a hacerle estudios. Hasta que un examen veterinario reveló que tenía una enfermedad ocular degenerativa. Era un misterio. No había una causa obvia, como una lesión o enfermedad, para la aparición repentina de esta enfermedad. Tampoco había un tratamiento o cura que pudiera prometer, aunque fuera, una leve mejoría.
Los veterinarios le recetaron medicamentos para los ojos para frenar la degeneración, pero no pudieron hacer mucho. La visión de Moogan disminuyó lentamente hasta que solo pudo ver formas oscuras. Naturalmente, esto fue un poco aterrador para el perro juguetón, pero con el tiempo, se adaptó a su nueva normalidad y mantuvo su espíritu amante de la diversión intacto.
“Está casi ciego pero se mueve con comodidad”
“Ahora está prácticamente ciego por completo, pero se mueve por el mundo con bastante comodidad, considerando las circunstancias. Moogan es un perro muy cariñoso, gentil y juguetón. Ama sus juguetes e incluso a veces los lanza al aire”. De hecho, resulta que este perro ciego es conocido en el refugio por ser un excelente decorador de interiores. A menudo cambia la disposición de su habitación, utilizando sus habilidades de diseño para organizar sus juguetes y mantas en un estilo que solo podría describirse como “ruff-stic”.
Moogan ya es parte del refugio hace varios años y lo considera su hogar durante varios años. Vive una vida llena de amor, juguetes y golosinas que le dan sus cuidadores y voluntarios favoritos. Entre ellos se encuentra Dan, que conoce a Moogan desde hace muchos de esos años. Desarrollaron un fuerte vínculo durante ese tiempo y son amigos cercanos.
Hace poco, el lazo entre ellos se volvió aún más fuerte cuando salieron a caminar juntos y Moogan le llamó la atención a Dan sobre una serpiente de cascabel que el hombre no había visto. “Estábamos caminando y Moogan giró de pronto con firmeza hacia la derecha con un tirón de correa. Miré hacia mi pie derecho y había una serpiente de cascabel lista para defenderse. Lo aparté con cuidado y le agradecí, porque fácilmente podría haberme topado con esa serpiente. Me sentí afortunado y un poco sorprendido”, se maravilla Dan. “Saco a pasear a muchos perros durante el día. ¡Quién hubiera pensado que sería Moogan, el perro ciego, quien me salvaría de chocar contra una serpiente de cascabel. Ese día recibió golosinas adicionales”.
En la actualidad, Moogan recibe muchas mimos y atención. “Es un perro viejo y discapacitado, y es muy dulce”, dice Dan. “Se emociona cuando entra gente y es muy fácil conocerlo y encariñarse”. Aunque Moogan ya no juega con sus juguetes tanto como antes, sigue hurgando entre sus mantas para encontrar su pelota favorita y mantiene intactas sus habilidades de diseño de interiores. Hoy en día, es feliz con sus paseos por los senderos del refugio con sus cuidadores y voluntarios favoritos, disfrutando de los aromas de las flores.
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