En América Latina menos del 20% de los trabajos actuales forma parte de los considerados “empleos del futuro”. Y este número está principalmente conformado por empleos de cuidado. ¿Qué implica esto en la era de transformación impulsada por la Inteligencia Artificial? “Nos propusimos medir cómo le está yendo a América Latina y el Caribe en las transformaciones que están atravesando los mercados laborales del mundo entero frente a tendencias como el cambio climático, tecnológico y demográfico, y encontramos que solo el 16% de los trabajos son resilientes frente a estas tendencias. Hay muchas oportunidades asociadas a estos cambios, pero aprovecharlas no es automático y estos resultados nos marcan que todavía hay mucho por hacer”, explica Megan Ballesty, investigadora líder de Sur Futuro, centro enfocado en investigación y desarrollo de políticas para el futuro del trabajo en nuestra región.
Del estudio Atlas de los trabajos del futuro ¿Cuáles son y dónde están? que realizaron a partir del análisis de bases de datos de empleo por país, género y ocupación de Organización Internacional del Trabajo (OIT), también surge que 6 de cada 10 personas en la región está en un empleo amenazado por las tecnologías de automatización o el cambio climático. El panorama del futuro laboral también arroja desafíos de género: para los hombres el mayor problema es de cantidad; para las mujeres, de diversificación y calidad. Además, en América Latina y el Caribe las personas se especializan en segmentos ocupacionales de menor calificación, en especial las mujeres. “La mayoría de los trabajos de futuro en la región están asociados a la economía del cuidado (un 12%). Esto podría favorecer a las mujeres, que son mayoría en estos sectores, siempre y cuando se resuelvan cuestiones de fondo que tienen que ver con la calidad de estos empleos. En cambio, todavía tenemos muy pocos trabajos verdes y áreas STEM”, describe Ballesty.
El empleo STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), un segmento fundamental para aprovechar las oportunidades de la revolución tecnológica es aún pequeño en América Latina y el Caribe. Solo el 4% de las personas trabaja en estas ocupaciones comparado con el 9% en los países desarrollados. La participación femenina es aún más baja, con sólo el 2% de las mujeres latinoamericanas empleadas en áreas STEM. Para la experta es momento de trazar una estrategia centrada en empleos resilientes y esto demanda incrementar no solo el número de trabajos que se mantengan relevantes sino también su calidad en términos de condiciones laborales, profesionalización e inclusión, y consolidar, a su vez, políticas integrales que faciliten la transición de empleos vulnerables a empleos con mejores perspectivas. Mientras muchas conversaciones en las empresas hoy giran en torno a la exploración de la IA, no debemos olvidar que en nuestra región, hay deudas previas con la calidad del trabajo de cuidados, esos que sostienen, en gran medida, a nuestros países.