Desde el Gobierno Nacional tildaban de “político” al paro nacional de transportes que se hacía efectivo este miércoles y que aglomeraba a todos los medios salvo los colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En rigor, estos últimos anunciaron una medida de fuerza de las mismas magnitudes para mañana, pero la Casa Rosada se mostraba comprometida a negociar y hacer lo posible por desactivar el corte de circulación.
Esta tarde se dará una reunión por videollamada entre representantes de las cámaras empresariales de los colectivos, la Unión Tranviaria Automotor (UTA) y representantes de la Secretaría de Trabajo, liderada por Julio Cordero, para ver de destrabar la negociación salarial y sectorial y así evitar que se produzca otra medida de fuerza mañana.
“Es muy probable que pueda haber un acuerdo”, reconoció a El Cronista una altísima fuente de la Secretaría de Transporte, que está siguiendo de cerca las negociaciones y afirmó que “no habrá aumento de boleto”. Esa misma persona habló sobre que “el paro [de este miércoles] se sintió, pero que la adhesión no fue total”.
“Los que paran son grandes defensores de los privilegios de unos pocos en perjuicio de la gran mayoría de los argentinos”, decía ayer el vocero presidencial Manuel Adorni en referencia al paro convocado por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte (UGATT).
La medida tiene vigencia hasta las 23:59 de este miércoles, afectando a trenes, subtes, aviones, taxis, camiones y transporte marítimo. Incluso, se añadieron de manera complementaria diferentes gremios de los estatales, docentes universitarios, profesionales de la salud, trabajadores de la economía popular y de la AFIP, entre otros.
Aunque con fuerte impacto en términos territoriales (el paro es de carácter nacional) y en diversos sectores, la medida no alcanzaba para ser general a pesar de haber tenido el apoyo de 30 gremios de la CGT.
“Nos encontramos enfrentando una amenaza real: el modelo económico que propone Javier Milei busca desmantelar el rol del Estado y priorizar un libre mercado descontrolado. Esta visión pone en peligro los derechos que conquistamos con esfuerzo y sacrificio a lo largo de décadas de lucha”, sostuvieron en un escrito difundido en las últimas horas.
Son estos gremios con los que el Gobierno busca confrontar y mostrar como modelo de sindicalismo que afecta al programa económico de Javier Milei. En los despachos oficiales fuerzan a su aparato de comunicación (tanto formal como a través de las redes) a poner en vigor la baja del ritmo inflacionario y la perforación del Riesgo País de los 900 puntos básicos.
Incluso, durante una disertación en la Fundación Mediterránea en Córdoba, el Presidente dio una nueva beta del discurso oficial sobre la marcha de la economía al decir que “la pobreza bajó 8 puntos” desde el pico al que llegó en el primer trimestre del año, dato al que se podrá acceder el año próximo. El último registro revelado por INDEC fue un 52,9% para el primer semestre de este año, un salto de.11 puntos respecto del segundo semestre de 2023.
En los pasillos oficiales hay varias interpretaciones sobre las cuales no se decidió avanzar con un acuerdo con los gremios que pararon este miércoles y sí con los del jueves.
Uno de los principales motivos es la cantidad de gremios que hicieron una medida de fuerza hoy. Otro es que varios de esos actores son tomados como prototipo de sindicalistas con los que busca confrontar el aparato libertario. Ejemplo cabal de eso es que ayer utilizaron la plataforma Mi Argentina para difundir un mensaje contra Pablo Moyano (Camioneros) y Pablo Biró (Pilotos aeronáuticos).
“Los sindicalistas no te dejan trabajar”, decía la notificación que recibieron ayer los usuarios de la app y que promovía las denuncias contra los sindicalistas: “Por medida de fuerza de los gremialistas Moyano y Biró para cuidar sus privilegios, este miércoles no habrá servicio de transporte. Si te obligan a parar, llamá al 134”, decía el mensaje difundido.
Al querer graficar en términos simples la disputa contra los gremios, en el Gobierno indican que cuando tienen referentes sindicales conocidos contra los que pueden apuntar, los paros son más capitalizables para ellos. Moyano, Biró, Omar Maturano (Ferroviarios) y Néstor Segovia (Subte) son algunos de los que pretenden subir al ring.
Una de las personas que más expone el discurso libertario (y de Milei) en las redes es el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, que catalogó a los cuatro gremialistas como los “Jinetes del Atraso”. Los acusó de que “pretenden mantener sus privilegios”, querer “voltear al Gobierno” y que “viven del laburante y toman de rehén a la gente”.
Distinta es la percepción que tienen con otros actores del sindicalismo nacional. En el plano del transporte, los operadores gremiales del oficialismo ponderan de mejor manera a Roberto Fernández (Unión Tranviarios Automotor) que a Maturano (La Fraternidad). En Rosada ven a este último como más intransigente. Durante un reportaje en Radio con Vos, Maturano dijo que además del reclamo gremial la medida de fuerza se basaba en “el cuidado de la soberanía”.
En tanto, Fernández fue uno de los secretarios de la CGT que estuvieron en la reunión entre el ala dialoguista de la central obrera y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y el asesor presidencial Santiago Caputo en Casa Rosada el mes pasado. El líder de la UTA desactivó su participación de la medida de fuerza de este miércoles, depreciando el poder que podría haber tenido el paro movilizado por Moyano.
Por ese gesto es que en varios despachos de Balcarce 50 aludían a que podía haber una devolución de favores al convocar a la audiencia mediada por el secretario de Trabajo.