El paro —o la prestación por desempleo— es el salvavidas en España de mucha gente que se queda sin empleo. Sin embargo, para acceder a esta ayuda es necesario haber cotizado al menos 360 días. Entonces, ¿qué sucede si no se alcanza ese periodo mínimo de cotización? Aquí es donde entra en juego el subsidio por insuficiencia de cotización, una alternativa que ofrece el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) a aquellos que han trabajado menos de un año y, por tanto, no cumplen con los requisitos para recibir el paro.
Este subsidio está diseñado para cubrir la falta de una prestación contributiva en situaciones donde, aunque no se haya alcanzado el año de cotización, se ha trabajado un mínimo de tiempo. En concreto, es necesario haber cotizado por desempleo al menos 3 meses si se tienen responsabilidades familiares (por ejemplo, hijos a cargo) o 6 meses si no se tienen dichas responsabilidades. Pero este no es el único requisito.
Además de este requisito de los meses mínimos cotizados, hay otros para asegurar que la ayuda se destine a quienes realmente lo necesitan y que se mantenga durante el tiempo que persistan las condiciones de desempleo del solicitante. Estas son las principales condiciones:
Una de ellas es encontrarse en situación legal de desempleo. La persona solicitante debe haber perdido su trabajo de manera involuntaria, es decir, que no haya sido una renuncia voluntaria. Además, debe encontrarse inscrita como demandante de empleo en el SEPE y mantener dicha inscripción durante todo el tiempo que dure la percepción del subsidio. Esto incluye la obligación de renovar la demanda de empleo en las fechas establecidas y de cumplir con el llamado acuerdo de actividad, que consiste en comprometerse a participar en programas de formación o empleo que pueda proponer el SEPE.
Otro requisito es no percibir rentas superiores al 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), sin incluir la parte proporcional de las pagas extraordinarias. En 2024, este límite de rentas se sitúa en 850 euros mensuales. Para calcular estos ingresos, se tienen en cuenta las rentas brutas o íntegras, incluyendo aquellas procedentes de actividades económicas, agrícolas o artísticas, así como las ganancias patrimoniales.
Y una última condición es que todos los requisitos mencionados se cumplan tanto en el momento en que se produce la situación legal de desempleo como cuando se presenta la solicitud del subsidio y en sus posibles prórrogas o reanudaciones. Además, deben mantenerse durante todo el periodo de percepción de la ayuda. Por ello, si las condiciones económicas de la persona cambian, debe informar al SEPE porque puede perder la ayuda o incluso recibir sanciones.
Cuantía del subsidio
La cuantía de este subsidio se fija en un 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), un índice de referencia que se utiliza en España para calcular diversas ayudas. En 2024, este porcentaje se traduce en un importe de 480 euros mensuales. Es importante señalar que este monto es estándar para la mayoría de los beneficiarios, pero puede variar si la persona trabajadora ha perdido un empleo a tiempo parcial.
En este último caso, el importe del subsidio se ajustará proporcionalmente a las horas trabajadas en ese contrato. Esto significa que quienes trabajaban a tiempo parcial antes de perder su empleo no recibirán los 480 euros completos, sino una cantidad reducida en función de la jornada que realizaban. Por ejemplo, si una persona trabajaba media jornada, recibiría el 50% de la cuantía completa del subsidio, es decir, 240 euros mensuales.
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se encarga de realizar los pagos de esta ayuda, que suelen efectuarse de manera mensual entre los días 10 y 15 de cada mes.