Alfredo Valenzuela
Sevilla, 19 oct (EFE).- La obra de Calderón de la Barca “El gran teatro del mundo” se tradujo al náhuatl ya en el siglo XVII para representarla en Nueva España, y ahora el editor Javier Santillán, fundador de la editorial Gadir, la ha versionado dándole forma narrativa para acercarla al lector actual de todas las edades.
Javier Santillán ha dicho a EFE haber abordado esa tarea “procurando trasladar a esta adaptación, que quiere ser amable con el lector de hoy y preservar al mismo tiempo todo lo esencial de la obra, toda la belleza de los versos de Calderón, que en gran parte permanecen en los diálogos”.
“Abundan las buenas ediciones académicas de los clásicos más importantes, pero no tanto las buenas adaptaciones, en ediciones atractivas para los lectores, que puedan ser leídas por los adolescentes y por los adultos”, ha señalado Santillán, quien ha incorporado a su edición ilustraciones de Begoña Summers.
“Esperemos también que esta edición sirva como un incentivo para seguir buscando a nuestros clásicos y quizás después, en muchos casos, que sigan con los originales”, ha confiado el editor antes de recordar que “el teatro de Calderón ha sido admirado por algunos de los grandes autores europeos.
En efecto, durante algún tiempo fue un autor más admirado fuera que dentro de España, desde Goethe hasta Schopenhauer o Albert Camus, quien señalaba su “permanente modernidad”, según Santillán, quien nombró Gadir a su editorial como “un acto de amor a Cádiz y un homenaje a la ciudad más antigua de Occidente.
El editor ha elegido “El gran teatro del mundo” porque es “una obra breve y maravillosa, que resume en buena parte la filosofía española del Siglo de Oro, incluido el pensamiento de la Escuela de Salamanca, y por eso se puede considerar una de las cumbres de ese Siglo”.
“Al mismo tiempo es perfectamente legible hoy día, nos da una visión de nuestra vida como una aventura ética, en la que debemos aceptar determinadas circunstancias que nos son dadas, pero en la que, gracias a nuestro albedrío, podemos conducirnos por caminos muy distintos y es esa libertad la que podemos y debemos explotar”, ha añadido.
Para el editor, esta obra tiene, además, “una gran fuerza emotiva y dramática; el lector se contagia de empatía hacia los personajes; a los que vemos vivir esa vida breve; ‘corta ha sido la comedia’, nos dice hacia el final el Mundo, personaje-director de la obra; y Calderón nos hace ver cómo esa brevedad hace nuestra vida más intensa, más interesante, y es más necesario entenderla para hacer de ella algo que valga la pena”.
Por otra parte, el editor ha lamentado que Calderón, como en general casi todo nuestro Siglo de Oro, sea “un gran desconocido para la mayoría del público en España y en Hispanoamérica; y es una pena y un sinsentido tener autores de este calibre en nuestra lengua y no conocerlos”.
Por ese motivo, Santillán ha abordado con anterioridad la adaptación narrativa y con un lenguaje más asequible a todos los públicos de “El retablo de las maravillas y otros entremeses” de Cervantes, y “El mejor alcalde, el rey”, de Lope de Vega, mientras que, también para la editorial Gadir, Antonio Ferres ha versionado “Los dos regidores y otros cuentos del Quijote”.
El editor ha achacado ese desconocimiento “a la dificultad de los textos, o al lenguaje de la época, o también a que no hay mucha costumbre de leer obras de teatro, menos aún en verso”.
De ahí que haya recordado al historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui, quien ha dicho que el Siglo de Oro español se conoce mal en Hispanoamérica, entre otras cosas, por la dificultad que tienen los textos, que aleja a los lectores, y más aún a los más jóvenes, y que faltan buenas adaptaciones actuales y atractivas.
No obstante, ha señalado el editor, “el Siglo de Oro español es reconocido y admirado por muchos de los grandes escritores hispanoamericanos, que encuentran en él sus raíces”. EFE