Con un coloquio y con la exposición DIES IRAE, Sobre las posibles formas del mañana, el artista español Max de Esteban invita a imaginar mundos venideros a partir del ocaso del que conocemos. Doctor en Economía, señala paraísos fiscales, describe maniobras de evasión y usura, muestra lo que la tecnología puede hacer con nosotros y lo que quedará. Disparador de reflexión y crítica, este proyecto que se despliega desde el sábado en Muntref, Sede Hotel de los Inmigrantes, y durante hoy y mañana en las jornadas Arte, capitalismo, tecnología y poder, con la participación de invitados especiales de Argentina, España e Italia, con debates en el Rectorado Centro de UNTREF, en colaboración con el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA). Todas las actividades son gratuitas y sin inscripción.
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Con curaduría de Ferrán Barenblit (exdirector del MACBA de Barcelona y de la Bienal de Cuenca), la obra de Max de Esteban de la última década cataloga las infraestructuras de la contemporaneidad, y cómo determinados sistemas sustentan y moldean la organización social y económica global. Ensaya las posibles formas del mañana, de los significados, en seis videos y diez series de imágenes que analizan infraestructuras clave del capitalismo contemporáneo. Se trata de un juicio crítico de la noción de progreso, y de su legado material, moral y emocional.
“La tesis de la exposición es que estamos en un fin de ciclo de una civilización que podemos llamar la Modernidad Occidental, que nace con tres grandes eventos. Uno es la invención de la imprenta, otro son los primeros viajes coloniales y lo que podemos llamar Capitalismo Mercantil. Y luego, muy importante, un descubrimiento científico que se convierte en un descubrimiento filosófico, que es que no somos el centro del universo”, explica De Esteban a LA NACION. “Esto abre las puertas a dos conceptos que son esenciales para la modernidad, que son los de autonomía y agencia. Autonomía significa que somos capaces de decidir por nosotros mismos. No necesitamos ni a Dios ni a reyes para pensar por nosotros mismos. Nuestra actividad tampoco depende de la providencia, sino que somos capaces nosotros de ser agentes del cambio en nuestro mundo, y podemos definirnos nosotros mismos. Este es un ciclo que ha durado hasta ahora y la tesis de esta exposición es que entramos en un ciclo diferente”.
Para el artista se han acabado los 500 años de predominio occidental y esto se debe también en tres grandes acontecimientos: “Uno que es la aparición de lo que podríamos llamar el Capitalismo Financiero, que es una forma muy distinta de capitalismo. Un segundo descubrimiento científico, pero también filosófico, es la inteligencia artificial. Cuando se pensaba en inteligencias no humanas en la Tierra, todo el mundo hablaba de los platillos volantes y los marcianitos. Resulta que no: ha sido una creación propia de la tecnología humana”. El último de los factores es la conciencia de acabamiento. “Hoy en día hay una conciencia unánime que cambiamos nuestra forma de vivir en la Tierra o esto se acabará, que es la idea de la extinción. La idea de la extinción siempre ha existido, como los apocalipsis. La realidad es que hoy hay una gran diferencia. Por ejemplo, la bomba atómica podía acabar con el mundo, pero había que apretar un botón. Aquí es al revés. O bien la humanidad se enfrenta a una alternativa, que es transformar su civilización o extinguirse. Y eso responde también a la desaparición muy única en todos estos 500 años de la idea de utopía. Hoy ya nadie imagina mundos diferentes y mejores. Nuestra preocupación es cómo evitar la extinción”.
La exposición intenta mostrar la contemporaneidad. En una pared, fotos de torres de las grandes ciudades. Uno de los videos recopila entrevistas a cuatro ejecutivos de Wall Street. Otra serie, 20 Red Lights, son los conceptos esenciales del nuevo capitalismo financiero. “Todos estos conceptos buscan una cosa, y es capturar el beneficio, socializando los riesgos. Los videos de los ejecutivos son fáciles de entender: quieren ganar el máximo dinero sin que les metan en la cárcel. La nueva generación del mundo de la tecnología lo que quiere es cambiar el mundo según su propia ideología”, señala. Hay una serie de imágenes bastante inquietantes: “Son las primeras selfies de una plataforma de inteligencia artificial. Le pedimos que se hiciera fotos de sí mismo”. En la línea de los lenguajes, hay pinturas que son en realidad genomas de diferentes especies (humana, perro, mono, rata) y traducciones al código binario de páginas de libros.
“Uno de los sectores de evasión de impuestos y de blanqueo de dinero más importante es el mundo del arte. Entonces, aquí vemos folletos de los grandes bancos multinacionales que tienen todos sus departamentos para asesorar cómo comprar, qué comprar, dónde depositar, cómo asegurar y cómo conseguir préstamos a través de las colecciones de arte”, cuenta.
“Acá, en esta muestra, hay una descripción de este mundo espantoso que tenemos hoy. La discusión por el mundo que viene es en el programa público de conferencias, que para mí es una pieza más. Hoy el arte ha de estar muy conectado con la tecnología y la ciencia, porque si el arte es la representación simbólica de su tiempo, nuestro tiempo está dominado por la tecnología. Ha de provocar discusión e ideas”, propone. En las charlas habrá ponencias sobre temas como capitalismo y extinción (a cargo de Diego Sztulwark), tecnología y poder (Jazmín Adler, Claudia Kozak, Victor Penchaszadeh) y la deshumanización del arte (Max de Esteban, Alicia Herrero, Mariano López Seoane), entre otras.
La mayoría son disertantes locales, y el formato se replicará cuando la muestra itinere por Mendoza, Asunción y Rosario. El invitado especial es Franco Bifo Berardi, que dará una conferencia a la distancia sobre su gran tema: desertar. Uno de sus libros, Futurabilidad, la era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad, está en una vitrina como inspiración, junto con un vhs de Blade Runner y un juego de mesa, el Monopoli. Barenblit adelanta lo fundamental de su ponencia: “La idea es pensar de qué manera el arte puede servir como una plataforma en la cual cuestionarse la realidad. Girarla sobre sí misma, sobre sus contradicciones. Y mostrar opciones paralelas de entender. Creo en el papel político del arte. Primero para cuestionar la realidad, mirarla directamente y preguntarse. Para mí hay algo muy importante, que es que no renunciar a la utopía. El mundo puede y debe progresar. Yo no quiero renunciar a la utopía”.
Programa
25 octubre, Sede de Auditorio del Rectorado, Juncal 1319.
A las 15: Restos del futuro. Presentación Diana Wechsler y Ferrán Barenblit.
A las 15.45: Capitalismo y Extinción. Conferencia de Diego Sztulwark.
A las 17: Conversatorio Tecnología y Poder. Con Jazmín Adler, Claudia Kozak, Victor Penchaszadeh. Modera Daniel Link.
A las 18.15: Conversatorio: La deshumanización del arte. Con Max de Esteban, Alicia Herrero, Mariano López Seoane.
26 de octubre. MUNTREF Sede Hotel de Inmigrantes.
A las 11.30: Conferencia La condición contemporánea, de Daniel Link.
A las 12.30: Desertar. Conferencia de Franco Bifo Berardi. Proyección en directo
desde Italia.
A las 14: Inauguración de Dies Irae, Sobre las posibles formas del mañana
del artista español, Max de Esteban con curaduría de Ferran Barenblit.
A las 14: Inauguración de La caja y el secreto, proyecto de Iván Gómez Gutiérrez curado por Helga Massetani Piemonte.