El presidente Javier Milei recibió este mediodía a cinco gobernadores afines al PRO en la Casa Rosada para consensuar algunos puntos de la letra chica del presupuesto 2025, que se encuentra en pleno tratamiento en comisión en la Cámara de Diputados, con una negociación en espejo con el Senado.
A las 12.30 horas fue que llegaron a la explanada de la Casa de Gobierno los mandatarios Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Jorge Macri (CABA), Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan). Los primeros tres pertenecen directamente al PRO, mientras que los otros dos tienen sus propios partidos provinciales, pero son afines al partido amarillo.
Los gobernadores plantearon a Milei por los acuerdos a los que la Casa Rosada no estaría cumpliendo. Uno de ellos es sobre la deuda de Anses con las 13 cajas de jubilaciones provinciales no transferidas, así como el traspaso de obras públicas que Nación todavía no reinició y el pago de la compensación por el pacto fiscal 2017.
Previo a la reunión, que estuvo encabezada por Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo que “no es la intención del gobierno invertir recursos nacionales más allá de las obras que se ha comprometido desde el sector nacional”. En la Casa Rosada decían que buscaban plantearles a las provincias el escenario de los próximos meses y explicarles los puntos centrales del Presupuesto.
Tanto Frigerio como Torres participaron la semana pasada de un panel de gobernadores en el Coloquio de IDEA, en donde mostraron apoyo al planteo de déficit cero que impuso Milei, pero la consideraron una condición insuficiente para el desarrollo. “Discutamos cómo se reparten los tributos y los financiamientos en Argentina”, dijo Frigerio.
“Por Constitución, todos los impuestos son coparticipables. Si no lo son, es porque se decidió que tengan una asignación específica. Muchas provincias aportamos a la Anses a través de la no coparticipación del impuesto al cheque, de una parte del IVA y de los impuestos a los combustibles y no recibimos nada de eso este año”, ejemplificó, para agregar con un pedido explícito al gobierno por inversiones en obras de vialidad.
Durante los últimos meses, los cinco mandatarios mostraron colaboración con La Libertad Avanza en el Congreso Nacional, pero pretendían mejoras para sus provincias en la redacción del proyecto presupuestario.
Quienes vinieron hoy son cinco de los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, la coalición que emergió (primero como Cambiemos) en 2015 y que siguió en 2019 y 2023 como espacio electoral y de coordinación política.
El espacio de gobernadores cambiemitas sigue pese a que en el Congreso ya quedó extinta esa alianza. “En el único espacio que todavía no está roto la marca Juntos por el Cambio es en el grupo de los 10 gobernadores. Pero se la vamos a cambiar el nombre. No existe más”, decían cerca de un mandatario provincial que asistió hoy a la Casa de Gobierno.
Hay varias razones que explican las diferencias al interior de Juntos por el Cambio. Una es la desconexión total entre las conducciones del PRO y la UCR Nacional, a cargo de Mauricio Macri y Martín Lousteau, respectivamente; el primero, con predisposición a colaborar con Milei, y el segundo posicionándose como férreo opositor de los libertarios.
Esto también sucede al interior del radicalismo, con gobernadores con mayor afinidad con la Casa Rosada (como Alfredo Cornejo, de Mendoza) y otros que tienen una distancia mayor en términos ideológicos (como Maximiliano Pullaro, de Santa Fe; de estrecho vínculo con Lousteau).
En un comienzo la reunión fue trascendida como una con gobernadores de Juntos por el Cambio. Finalmente, se circunscribió a una sin los mandatarios radicales. “Preferimos hablar con los del PRO primero. Una reunión de a diez sería muy complicada y, además, hay un bloque más homogéneo en términos ideológico con estos cinco gobernadores”, dijeron desde el gobierno.
“A Javier [Milei] no le gustan mucho estas reuniones de relacionamiento con gobernadores, pero sabe que hay que hacerlas por un objetivo superior”, afirmó una alta fuente de Casa Rosada. Entre los principales planteos que se repiten entre todos los mandatarios están las cajas previsionales, la reactivación de obra pública nacional y mayores fondos en otros conceptos.
A pesar de que no desmienten un distanciamiento evidente con algunos de los gobernadores radicales, pareciera ser que no es un encono con el radicalismo en sí.
Incluso, el Ejecutivo volvió a armar la habitual mesa legislativa con el PRO e invitó a varios diputados de la UCR -entre ellos, al jefe de bloque, Rodrigo de Loredo-; aunque no asistió la facción que responde a Facundo Manes y Martín Lousteau que está distanciada por completo de los libertarios. Horas después de ese encuentro, la facción paloma de los radicales anunció que armaría un bloque aparte.
A pesar de que una caída del tratamiento presupuestario significaría que se debería hacer una nueva prórroga y que el oficialismo podría tener la discrecionalidad total sobre el manejo de los recursos, en Presidencia reconocen que no es un signo positivo de cara a discusiones más elementales con organismos multilaterales o con inversores. En tanto, buscan generar certidumbre a partir de un pacto del presupuesto con diputados y senadores aliados.
Por eso este lunes Milei hizo una cena con cuatro gobernadores alineados como Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones) y Gustavo Sáenz (Salta). La reunión tuvo puntos positivos, aunque algunos de ellos dijeron en privado que no se llevaron muchas conclusiones por el debate de fondos.