Fernando Valenzuela Anguamea, también conocido como “El Toro” es considerado por especialistas como el mejor beisbolista mexicano de todos los tiempos, principalmente por sus destacadas actuaciones en Los Angeles Dodgers, donde su popularidad aumentó al punto de nombrarse como “Fernandomania”.
El legado del Toro, quien falleció este martes, fue fundamental para el crecimiento del béisbol en México y a su vez para la llegada de peloteros aztecas a los equipos de la Major League Baseball (MLB), quienes ya comienzan a ganar prestigio entre la competencia del mercado latinoamericano.
El originario de Etchohuaquila , Sonora, comenzó su carrera en el béisbol profesional en México a sus 17 años, concretamente en el equipo de su región, los Mayos de Navojoa, y al ver su destacado talento pasó por otros equipos en la Liga Central Mexicana como los Tuzos de Guanajuato y los Leones de Yucatán, su última parada antes del gran salto de su carrera.
Un compromiso amoroso antes de la fama
Aunque su paso por los Leones fue breve, la ciudad de Mérida, Yucatán, marcaría para siempre la vida del Toro, pues ahí conocería a la joven Linda Burgos con quién mantuvo una relación amorosa durante su estancia en el equipo de la península.
En 1979 Valenzuela llamó la atención del scout cubano “Corito” Varona, quien no dudo en recomendarlo con el cazatalentos de Los Angeles Dodgers el cubano-estadounidense Mike Brito, quién viajó a México a evaluar a un shortstop llamado Ali Uscanga. El toro estaba lanzando en ese juego y lanzó contra Uscanga tres bolas que fueron tres strikes retirando ponchado al bateador, esto fue el punto de partida de un fichaje histórico.
Aunque el acuerdo entre los Dodgers y el pitcher sonorense ya estaba pactado, el toro tenía una cuenta pendiente en Mérida, pues tanto él como su prometida Linda Burgos querían casarse en la ciudad, esta boda se llevaría a cabo de una forma muy tradicional, pues aunque el mexicano ya era considerado una promesa a sus 20 años, aún nadie se hubiera atrevido a pronosticar el fenómeno que se convertiría.
Según registros de medios de comunicación locales de Yucatán, el beisbolista se casó en la Iglesia de María Inmaculada rodeado de su familia y amigos más cercanos en 1981, un matrimonio que cumple 43 años en 2024.
Al principio de su carrera, viajaba con su familia en el receso de las temporadas entre las ciudades mexicanas de Etchohuaquila, Sonora, y Mérida, Yucatán. La pareja tiene cuatro hijos. Uno de sus hijos, Fernando Jr. “El Torito”, jugó en las organizaciones de San Diego Padres y Chicago White Sox como primera base.
El salto a la fama del mexicano
En 1981, en el mismo año de su boda, Valenzuela fue llamado para lanzar el juego de inauguración como novato, después de que Jerry Reuss, el nominado para abrir la temporada, se lesionó la pantorrilla 24 horas antes del juego y Burt Hooton no estaba aún listo para lanzar.
Valenzuela ganó a Houston Astros por blanqueada de 2 carreras a cero. Inició la temporada con récord de 8-0 con cinco blanqueadas y un promedio de carreras limpias de 0.50.
Esa temporada terminó con récord de 13-7 y un promedio de carreras limpias de 2.48. A pesar de que fue recortada por la huelga de peloteros. Ese año se convirtió en el primero y hasta ahora el único jugador en ganar los premios Cy Young otorgado al mejor pitcher y el del Novato del Año en la misma temporada en la Liga Nacional.