Atlético Mineiro fue demasiado para River en la ida de las semifinales de la Copa Libertadores 2024. Como local, no sembró dudas sobre su superioridad ante un equipo perdido, sin rebeldía, lejos de aquellos planteles de Marcelo Gallardo que supieron hacer historia en Brasil y en tantos otros lugares. El 3 a 0 es el fiel reflejo de lo acontecido en el MRV Arena de Belo Horizonte, donde hubo un claro dominador durante los 90 minutos.
El hermetismo del ‘Muñeco’ para ocultar sus cartas hasta el último momento, no funcionó. El “sorprendente” esquema táctico con tres defensores centrales y dos carrileros, tampoco. La apuesta de incluir a Nicolás Fonseca como ‘5′, menos aún. Fue un partido olvidable para el Millonario. Los golpes bajos aparecieron incluso antes de que comience el partido, cuando Marcos Acuña, quien había sido anunciado como titular, fue desafectado por una tendinitis en el isquiotibial izquierdo. Su lugar, clave en la idea inicial, fue ocupado por un Enzo Díaz, de floja actuación en el mano a mano con Gustavo Scarpa.
Al igual que en el 2021, cuando se enfrentaron por los cuartos de final, el Galo aprovechó la localía y vapuleó a River. En aquella oportunidad, fue para pasar a semifinales con un global de 4 a 0. Esta vez, en cambio, fue para encaminar la clasificación a una nueva final del certamen más importante de Sudamérica a nivel de clubes que, de concretarse, sería la segunda en a historia del club. ¿La anterior? en 2013, cuando gritó campeón de la mano de Ronaldinho.
“No salió absolutamente nada de lo que practicamos. Cuando no fluye, es difícil hacer un análisis. Nada de lo que habíamos pensado se manifestó. Fuimos un equipo que sufrió en todas las líneas y la pagamos caro. No fuimos el equipo duro que queríamos ser y eso el rival lo vio y lo aprovechó”, comentó Gallardo en la conferencia de prensa posterior a la abultada derrota. “Hubo desacoples del equipo y nos hicieron goles muy fáciles”, concluyó.
*Noticia en desarrollo