Su nombre completo es Marcos Evangelista de Morães, todo lo conocen como Cafú y fue un jugador de fútbol que quedó en la historia de Brasil. Este deportista, pese a haber ganado dos veces un Mundial (1994 como suplente y 2002 siendo el capitán del equipo), dos copas América y una Champions League, en la actualidad enfrenta una situación económica crítica, lo que lo llevó a entregar una mansión ubicada en San Pablo a una subasta para pagar deudas.
Tal fue el éxito de su carrera que fue el único futbolista que consiguió disputar tres finales de la Copa del Mundo seguida (en 1998 Brasil perdió). Jugaba como (defensor) lateral derecho y tuvo un gran paso por Italia tanto en la Roma como en el Milán.
Además, en un momento de su vida llegó a tener 32 propiedades. Sin embargo, según informó Folha de São Paulo, Cafú acumuló una deuda millonaria con el fisco de su país.
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Esto no es nuevo, ya que en 2019, se registró que cinco propiedades que él tenía fueron confiscadas debido a sus deudas. Estas deudas surgen a raíz de los números rojos que registraba una empresa que Cafú fundó en 2004, cuyo fin era ser representante de futbolistas y deportistas.
La mansión que se subastó
La vivienda que se remató en San Pablo era una casa de estilo familiar, que contaba con 3000 metros cuadrados, un ascensor, un cine, una amplia pileta, un gimnasio y una cancha de fútbol.
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Si hablamos del valor por el cual se subastó, el mismo se encuentra por debajo del precio real de la propiedad, en números totales, se vendió por US$3,5 millones, una propiedad que si se publica en el mercado de venta podría pedir US$7 millones.