En medio de la preocupación que hay alrededor de la salud de Jorge Lanata, internado desde hace ya cuatro meses en el Hospital Italiano y con un pronóstico de salud muy complejo, su mejor amigo Martín Caparrós confirmó estar atravesando por una delicada enfermedad. El periodista y escritor reveló que tiene Esclerosis Lateral Amiotrófica, conocida por su sigla ELA.
A los 67 años, Caparrós reveló que tiene esta cruda enfermedad propia del sistema nervioso, que afecta a las neuronas del cerebro y la médula espinal, y que por eso debilita los músculos. Cabe recordar que hace unos meses ya había contado que tenía un problema neurológico que lo llevaba a usar silla de ruedas para movilizarse, pero sin profundizar en estos detalles.
Caparrós publicó un reciente libro donde habla de este diagnóstico de ELA. Luego, en una entrevista con el diario La Vanguardia y desde su casa en Madrid, profundizó sobre este tema. Entre otras cosas, advirtió que no le había contado a sus amigos sobre esta enfermedad porque no quería que lo vieran como un “moribundo”.
“Solo se lo dije a Marta -Nebot, su pareja- cuando lo supe hace dos años y medio. Y lo dije en el libro sin saber si iba a publicarlo o no”, confirmó el escritor, advirtiendo en estas declaraciones que habló de esto con Lanata, que además de ser uno de sus grandes amigos también aparecía frecuentemente en el programa que el periodista tiene en Mitre.
MARTÍN CAPARRÓS PADECE UNA CRUEL ENFERMEDAD: “ELA, DE 3 A 5 AÑOS DE VIDA”
Luego Caparrós dio un durísimo pronóstico alrededor de su enfermedad, con una desgarradora esperanza de vida: “Es como un envejecimiento acelerado, pero es que los científicos ni siquiera entienden cómo funciona ese proceso biológico. Lo que sí saben es que la esperanza de vida es de tres a cinco años, que en algún momento tenés problemas para respirar o incluso para hablar. Y en algún momento te morís”.
Por último, el escritor también dijo por qué decidió contar su enfermedad, diciendo que era algo ya difícil de ocultar: “Empecé a tener síntomas en los brazos, de manera que iba a salir del armario quisiera o no quisiera. Ya no podría seguir diciendo que no tenía diagnóstico, que era algo desconocido que solo me afectaba las piernas”.