Las expectativas de desinflación de la economía para los próximos meses están incrementando las apuestas al carry trade. Tasas fijas de casi el 4% mensual con inflación en descenso para los próximos trimestres genera un imán para quienes no participaron de las altas ganancias que viene dejando esta inversión desde que asumió Javier Milei.
Lo más reciente pasa por la llegada de varios ejecutivos de bancos y hedge funds al país. La mayoría de ellos viene incentivada por la alta probabilidad de obtener tasas reales positivas altas en los próximos meses, en un contexto de estabilidad cambiaria. Paraíso financiero. Pero más novedoso es que apuntan no sólo a las emisiones de deuda en pesos sino también a la compra de cartera de préstamos de consumo en pesos otorgados por diferentes actores del mercado, desde entidades financieras hasta supermercados o empresas. Los márgenes allí son más elevados y habilitan al mismo tiempo el círculo virtuoso de la economía, es decir, constante fluir del crédito al sector privado con tasas en descenso.
Créditos en ascenso
Si se mira la evolución de los créditos en pesos, según la última información relevada por el BCRA, los mismos ascienden a $ 40,9 billones cuando 30 días antes estaban en $ 36,9 billones. Muestran así un incremento de casi 11% en un mes, muy por encima de la inflación del 3,5%.
Las cifras anuales reflejan alza de 156% contra inflación de 100 por ciento. Con la desinflación y las expectativas de desaceleración para los meses venideros, la demanda de pesos se recompone, bajan tasas y vuelve el crédito privado, gradualmente extendiendo los plazos. No es casualidad que en la última licitación de deuda del Tesoro realizada el miércoles 9, se hayan emitidos Boncap a tasa fija a más de un año de plazo.
El fin del cepo en la mira
¿Tiempo de levantar el cepo? Es obvio que, si hubiera un tipo de cambio unificado y el mercado de futuros operando a pleno, llegarían más inversiones para el carry trade. Del otro lado del mostrador, empresas aprovecharían para girar utilidades contenidas después de la gestión kirchnerista. En esta pulseada, ¿cuál sería el resultado? Es la pregunta del millón (de dólares).
Puede intuirse que hay un gran interés de hedge funds de colocarse a la tasa en pesos que hoy no lo hacen porque ingresan al “contado con liqui” pero no tienen cobertura contra esa variante de la moneda norteamericana. En un escenario de tipo de cambio unificado sí podrían hacerlo con luz verde para una cobertura en el MATBA Rofex.
Pero visto desde la óptica oficial, la jugada de levantar el cepo tiene sus riesgos ante la duda del nivel en el cual pueden aparecer los primeros jugadores del carry trade sin cepo. Los que no dudarán en salir serán los que tienen utilidades retenidas, el mayor segmento del rubro de los “encepados”.
Nadie duda en el mediano plazo, uno o dos meses, que el dólar no se moverá de los valores actuales del “contado con liqui” o quizás aún por debajo. Pero desde la Casa Rosada temen al ruido que pueda surgir en el interín, en el medio, hasta que el dólar alcance un equilibrio. En un clima político aún agitado con la oposición jugando armas fuertes con la puja por fondos a universidades agregarle volatilidad cambiaria, aunque sea de corto plazo, conlleva altos riesgos. Esa es la visión oficial.
En el equipo económico ya hay posiciones sobre la necesidad de levantar el cepo. Aunque sea ir dando señales. Desde el BCRA, Vladimir Werning es quien más resiste los levantamientos. Las recientes Jornadas Monetarias y Bancarias del Banco Central mostraron la división que existe entre los economistas por el cepo.
En el día a día, igualmente ello no influye. Los cepos van y vienen y lo que importa es el dinero. Por ello el carry trade manda, con la búsqueda de nuevos vehículos que permitan gozar de las expectativas de estabilización que muestra la Argentina.
Que dure.