Las tensiones en el estrecho de Taiwán aumentaron este domingo luego que el gobierno de la isla se declarara en alerta máxima tras detectar la presencia del portaaviones chino Liaoning al sur de su territorio. Según el Ministerio de Defensa isleño, la embarcación ingresó en aguas cercanas al canal de Bashi y se dirige hacia el Pacífico occidental, un movimiento que despertó alarma en la región.
“El grupo de portaaviones Liaoning ha entrado en aguas próximas al canal de Bashi y es probable que avance hacia el Pacífico occidental”, declaró el Ministerio en un comunicado.
La autoridad militar añadió que las fuerzas taiwanesas se mantienen “en máxima alerta, listas para responder según sea necesario” ante cualquier maniobra hostil.
El despliegue del Liaoning, uno de los principales activos de la armada china, representa una clara provocación en medio de un contexto de creciente agresividad por parte del régimen de Beijing hacia la isla.
Las autoridades taiwanesas interpretan este tipo de maniobras como intentos deliberados de intimidación, en línea con los constantes ejercicios militares chinos que buscan socavar la soberanía de Taiwán.
China considera a Taiwán como una provincia rebelde y no ha descartado el uso de la fuerza para reincorporarla a su territorio, pese al firme rechazo de la población taiwanesa y al respaldo internacional que ha recibido la isla, especialmente de Estados Unidos y Japón.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, emitió el viernes una advertencia directa a Beijing, instándole a evitar acciones militares como represalia por el discurso del presidente taiwanés, Lai Ching-te, durante las celebraciones del Día Nacional de la isla.
“Queremos recalcar, y muchos países otros países quieren recalcar, la necesidad imperiosa de preservar el statu quo y que ninguna de las partes tome acciones que puedan socavarlo”, agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.
En su discurso, Lai reafirmó la soberanía de Taiwán y prometió “resistir cualquier intento de anexión” por parte de China. Esta postura ha enfurecido al régimen chino, que calificó al mandatario como “separatista” y advirtió que sus “provocaciones” traerán “desastres” para la población taiwanesa.
Reiteró, además, que “Beijing y Taipéi no son subordinados entre sí”, lo que marca una línea clara contra las aspiraciones expansionistas del régimen chino.
Estados Unidos, el mayor aliado y proveedor de armas de Taiwán, ha reafirmado su compromiso con la defensa de la isla. Aunque Washington no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taipéi, ha incrementado su cooperación militar en un esfuerzo por disuadir una posible invasión por parte de Beijing.
El Día Nacional, celebrado el jueves, conmemoró el 113.º aniversario de la fundación de la República de China, el gobierno que se refugió en Taiwán tras perder la guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong en 1949.
(Con información de EFE y AFP)