La diplomacia del zigzagueo se instaló en la Argentina de los últimos días y el presidente Javier Milei dejó en claro que no tendrá reparos en pecar de contradicciones políticas para llevar adelante una nueva estrategia de relaciones exteriores que le sean beneficiosas para las cuentas públicas y su vínculo con el mundo.

Tanto en la Casa Rosada como en la Cancillería justifican bajo el esquema de “pragmatismo puro” la decisión de Milei de avanzar en un acercamiento con China, defienden la negativa presidencial de suscribir al Pacto del Futuro de la ONU con su amplia agenda verde y reflotan el nuevo acuerdo con Gran Bretaña en torno a las islas Malvinas que ya le generó un nuevo enfrentamiento con la vicepresidenta Victoria Villarruel.

Milei abrazó la idea de acercar posiciones con China a pesar de los duros cuestionamientos que hasta hace poco tiempo lanzaba contra el régimen de Xi Jinping. No sólo que acaba de calificar a China como “un socio comercial muy interesante, porque no exige nada, solo que no se los moleste”. También ratificó que en enero viajará Beijing para la cumbre de la CELAC generando así un cambio copernicano en las relaciones de ambos países.

El embajador de China en Buenos Aires, Wei Wang junto con el argentino en Beijing, Marcelo Suárez Salvia venían trabajando en secreto para lograr este acercamiento. El primer gesto será el viaje en noviembre de la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, a la feria internacional de Comercio de Shangai. El gobierno quiere llevar con la hermana del presidente a un grupo de empresarios y buscar nuevos inversores chinos.

En la última reunión que Milei tuvo en la Casa Rosada con el embajador Wei se habrían destrabado las negociaciones para ampliar el SWAPS de yuanes dispuesto por China por unos u$s 6000 millones para la Argentina. A cambio de ello, Xi Jinping exige que el presidente argentino lo visite en China. Exigencias cruciales de la diplomacia oriental que Milei no puede retacear en estos momentos de escasez de dividas frescas.

Para evitar una visita de Estado a Beijing que implicaría un mayor compromiso de Milei con China, la visita del presidente se dará en el contexto de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en enero. El jefe de Gabinete, Guillermo Francosexplicó los alcances de este objetivo: “Hay una serie de relaciones en las que China siempre ha obrado eficazmente y ha respondido a los requerimientos que le ha formulado nuestro país en situaciones complejas”, dijo enigmático al destacar eventuales inversiones en litio, infraestructura y petróleo. ¿Incluirá este acercamiento una restitución del demorado acuerdo por la construcción de una central nuclear con tecnología totalmente china?

Nadie lo sabe. Pero está claro que los días de cuestionamientos a los “gobiernos comunistas de izquierda” que pregonaba Milei quedaron atrás.

La agenda verde

Lo mismo ocurre con los acuerdos verdes. Milei acaba de rechazar el Pacto del Futuro de Naciones Unidas y derribó de un plumazo la historia argentina de adhesiones a la política verde. En otro gesto de la diplomacia de los zigzagueos la Argentina quedó alineada con este rechazo a Rusia, Irán, Nicaragua, Cuba, Bolivia, Venezuela e Irak, que Milei aborrece. Paradojas de la políticas exterior: mientras que MiIei buscó ofrecer nuevos gestos al candidato presidencial republicano Donald Trump, quedó alineado a los países que más cuestiona el mundo occidental.

Otro dato curioso. El acuerdo que rechazó Milei contempla el Pacto Digital Global, que propone reforzar la cooperación internacional para eliminar las brechas digitales, ampliar la “inclusión en la economía digital” y “mitigar los riesgos” de las tecnologías emergentes. Estos son enunciados que levantaron los gurúes de Sillicon Valley liderados por el amigo del presidente, el poderoso Elon Musk. Pero nadie puso reparos en esto y nadie sabe cuáles será las eventuales repercusiones a futuro.

Sin embargo, el rechazo al Pacto del Futuro contemplará mayores dolores de cabeza para la Argentina. El acuerdo de libre comercio que Milei quiere apurar con la Unión Europea y el Mercosur contempla un importante capítulo ambiental que se basa en gran medida en aquel pacto de Naciones Unidas. La comisionada de la UE, UrsulaGertrud vonder Leyense reunió con Milei en Nueva York un día antes del rechazo de Argentina al Pacto del Futuro. La representante europea y Milei coincidieron en darle celeridad al acuerdo de libre comercio con el bloque regional.

Sin embargo, tras el rechazo de Argentina al Pacto del Futuro no queda claro cómo hará para cumplir con el capítulo ambienta con la UE que prohíbe, entre otras cosas, la compra de productos que provengan de áreas desforestadas. En la Cancillería aseguran que “nada de la agenda verde con la Unión Europea se dejará por cumplir” y rechazan la idea de que la no firma del Pacto de la ONU tenga implicancias en el acuerdo con la UE.

En el PRO alertaron sobre estas inconsistencias de la política exterior de Milei y tomaron distancia del rechazo al Pacto del Futuro. Mauricio Macri y su equipo de política exterior, que lidera Fulvio Pompeo,objetaron sin vueltas: “Laintegración inteligenteal mundo es una prioridad estratégica por la que siempre trabaja el PRO. Nos pensamos (como país y como partido)integrados al mundo,poniendo a las relaciones internacionales al servicio de todos los argentinos”, dijeron a coro. ¿Se avecina otro frente de batalla entre Macri y Milei?

El capítulo de Malvinas también desató contradicciones en la política exterior de Milei. El presidente reiteró tanto en campaña como durante sus primeros meses de mandato que la lucha por la soberanía de Argentina en Malvinas es “inclaudicable”. Pero el reciente acuerdo de la canciller Diana Mondino con su par británico David Lammy,para acercar posiciones respecto del diferendo de Malvinas atenta con la estrategia malvinera de Milei.

El acuerdo fue presentado por la Casa Rosada como un “avance diplomático” que prevé el restablecimiento deun vuelo regular desde San Pablo (Brasil)a las Islas Malvinas,con una escala mensual en Córdoba y prevé medidas concretas en materia de conservación de áreas de pesca. Alguien dijo casi en broma que hay un “regreso a los ositos de peluche” que el entonces canciller de Carlos Menem, Guido Di Tella, quien enviaba gestos permanentes a los pobladores de Malvinas.

En las islas el acuerdo Mondino-Lammy cayó muy bien. “La preservación de las poblaciones de peces es de interés para todas las partes, y el intercambio de datos propuesto es muy bienvenido. Esperemos que esta vez la parte argentina coopere”, dijo a este medio e ex legislador isleño Mike Summers. No sólo esto. También añadió que “la mejora de las comunicaciones aéreas con San Paulo brindará una oportunidad significativa para desarrollar el turismo y aliviar la presión sobre otros servicios”.

Pero en Buenos Aires no están tan contentos como en las islas. La lluvia de críticas al acuerdo firmado por la canciller Mondino no sólo llegó desde la oposición. La vicepresidenta Victoria Villarruel también se sumó a las quejas y cuestionó el acuerdo ya que es”contraria a los intereses de nuestra Nación” dado que se plantea “cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio”, dijo.

Milei y Mondino no sólo expusieron un nuevo zigzagueo en política exterior. También ningunearon a Villarruel que se enteró por los medios del polémico acuerdo que selló Mondino en Nueva York con Londres. Así, se despachó sin vueltas: “Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite y me obliga a expedirme. 

La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación”, dijo.

El desplante a Villarruel prevé otro frente de batalla interno en el gobierno pero al mismo tiempo presenta un nuevo quiebre en la política exterior de la Argentina y habla de una diplomacia de zigzagueos del presidente.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.