El emblemático Four Seasons Hotel de Buenos Aires, situado en el aristocrático barrio de Recoleta, supo ser mucho más que un símbolo de lujo y hospitalidad. A lo largo de los años, fue testigo de eventos históricos y recibió a las personalidades más influyentes del mundo de la música que visitaron el país. Desde la histórica visita de Michael Jackson hasta la presencia de icónicas figuras como Madonna y los Rolling Stones, el hotel se convirtió en el epicentro de experiencias rockeras que desafían la imaginación. Y ahora es el hotel donde duerme Paul McCartney, quien se encuentra en la Argentina en medio de su gira de Got Back Tour.
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Este exclusivo establecimiento fue el escenario de peticiones extravagantes y momentos memorables protagonizados por algunas de las estrellas más grandes del mundo del entretenimiento. Guns N’ Roses sorprendieron a todos al solicitar máquinas de flipper para su diversión, Mick Jagger pidió una silla de barbería antigua en su habitación, Madonna requirió un gimnasio especial con un sistema de barreras gigantes, y Elton John tenía gustos particulares como un pan de receta especial y gaseosa descafeinada que en la Argentina no se consigue.
Para el caso de la actual visita de McCartney, el Beatle pidió una lista de alimentos vegetarianos, ya que desde hace décadas se decidió por este estilo de vida. Además de viajar con su chef personal, su lista de alimentos contiene frutas de estación, verduras, algunas exóticas como el repollo chino y un tipo de kale llamado Cavolo Nero.
Por qué le han puesto caballos
No es una incógnita por qué el Four Seasons es la elección predilecta de las personalidades más influyentes y exigentes del mundo. Sus huéspedes encuentran en este lujoso refugio un equilibrio perfecto entre la sofisticación internacional y el encanto auténtico de la cultura argentina.
Desde el momento en que ingresan, se sumergen en un entorno con un distintivo tema equino en el diseño, tanto por dentro como por fuera, desde las obras de arte y los motivos relacionados con los caballos. Y el bar Pony Line en la entrada principal.
El simbolismo argentino se extiende incluso al spa, donde los tratamientos incluyen masajes con vino acompañados de música de tango, una experiencia que fusiona a la perfección la cultura local con el lujo internacional.
Los restaurantes de moda, como Elena o Nuestro secreto, y un animado bar de cócteles famoso por sus afters con DJ residente hasta altas horas de la madrugada, como Pony Line, ofrecen opciones culinarias y de entretenimiento de primer nivel para los huéspedes. Además, para aquellos que buscan relajación bajo el sol, el hotel cuenta con una pileta climatizada al aire libre que completa la experiencia de lujo.
Este elegante edificio cuenta con 139 habitaciones, cada una decorada en un estilo clásico francés que irradia elegancia y comodidad. El estilo de los cuartos también tiene toques argentinos referentes a tradiciones ecuestres. ¿El motivo? El propietario del hotel es dueño de uno de los mejores equipos de polo del mundo.
En la Torre, la suite principal es la 1209, la Owner’s Suite, ambientada por Jenny Bazán, decoradora argentina que también diseñó la Royal Suite del hotel Gran Meliá en el Parque Nacional Iguazú, que recientemente ganó un premio internacional como mejor hotel y mejor suite del World Travel Awards (WTA).
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La mansión elegida por los artistas
En 2001, el hotel renombró a la residencia Álzaga Unsué –una de las más imponentes de la aristocracia porteña del siglo XX– como “La Mansión”, que se convirtió en el refugio preferido de las estrellas de todo el mundo cuando visitan Argentina. La suite presidencial, ubicada en esta impresionante residencia, es un verdadero símbolo de opulencia, con un precio que arranca en US$700 la noche y puede llegar a US$4000 para las suites más codiciadas.
Esta impresionante habitación de lujo abarca 200 metros cuadrados y ofrece vistas panorámicas al jardín, la increíble pileta al aire libre, la Torre y el Jockey Club. Además de su amplio espacio, la suite cuenta con un salón, comedor, cocina, dormitorio y un baño de 30 metros revestido en mármoles italianos con canillas de oro macizo. La decoración clásica del Viejo Continente, que incluye antigüedades originales que evocan la Francia del siglo XVIII, añade un toque de elegancia a esta suite, como se detalla en el sitio oficial del hotel.