Para las mujeres de 50 años, es fundamental incorporar ejercicios que promuevan la fuerza, el equilibrio y la concentración. Una postura de yoga que responde perfectamente a estas necesidades es la media luna.
Este conjunto de acciones motoras de la disciplina del hinduismo no solo fortalece los abdominales, las piernas y los glúteos, sino que también ayuda a mejorar el enfoque mental, proporcionando múltiples beneficios físicos y emocionales para las mujeres en esta etapa de la vida.
La media luna: la postura de yoga que tienen que hacer las mujeres de 50 años
La postura de la media luna es una asana excepcional para las mujeres mayores de 50 años que hacen yoga, ya que ofrece un desafío físico, y también promueve el fortalecimiento de abdominales, piernas y glúteos de manera efectiva.
Esta postura requiere la activación constante del core, lo que contribuye a tonificar los músculos abdominales. Al mantener el equilibrio sobre una pierna, se ejercitan los músculos estabilizadores, esenciales para el control postural.
El portal Mujer Hoy reveló que al extender la pierna trasera y mantenerla recta, se trabaja intensamente en la parte posterior de las piernas, incluidos los glúteos y los músculos isquiotibiales.
Esto mejora la fuerza, y promueve una mayor flexibilidad, especialmente en la zona de la cadera, clave para mantener un rango de movimiento saludable a medida que se envejece.
La práctica regular de la postura de la media luna también fortalece los músculos de las piernas, proporcionando soporte adicional en la parte inferior del cuerpo.
Esto es fundamental para prevenir lesiones y mejorar la movilidad general. A través de este ejercicio, las mujeres pueden experimentar una mayor conexión entre el cuerpo y la mente, mejorando su forma física y su bienestar emocional.
Cómo realizar la postura de la media luna
A continuación, te ofrecemos los pasos para ejecutar correctamente la postura de la media luna en yoga y aprovechar al máximo sus beneficios:
- Colocate recta en el centro de la colchoneta, mirando hacia el borde corto.
- Juntá los dedos de los pies y separá ligeramente los talones.
- Alargá la columna y activá el core mientras inhalás profundamente.
- Exhalá y, con la cadera inclinada hacia adelante, llevá las manos al suelo debajo de los hombros.
- Continuá alargando la columna y activando el núcleo, llevando el pecho hacia adelante y aplanando la espalda hasta que quede paralela al suelo.
- Presioná los pies contra el suelo, distribuyendo el peso uniformemente entre los dedos, las puntas y los talones.
- Apretá las piernas para activar los músculos y crear una base sólida.
- Cambiá el peso hacia el pie derecho y empezá a levantar la pierna izquierda hacia atrás, alineándola con las caderas.
- Con el core comprometido, girá las caderas para alinear la cadera izquierda sobre la derecha.
- Cambiá el peso a tu mano derecha y levantá el brazo izquierdo hacia un lado y hacia el cielo, girando los hombros para que el izquierdo quede sobre el derecho.
- Girá la cabeza para mirar tu mano levantada, manteniendo la postura y repitiendo en el otro lado.