La pobreza en el primer semestre del año alcanzó al 52,9%, equivalente a casi 25 millones de argentinos, mientras que la indigencia escaló al 18,1%, más de 8 millones de personas.
La disparada inflacionaria de diciembre y los primeros meses del año explicaron en gran parte la suba de 11,2 puntos contra el semestre anterior (o equivalente a un 26% de aumento) y de 12,8 contra el mismo período del año pasado.
En el caso de la indigencia, la suba fue mucho más significativa ya que saltó casi 8 puntos, pero representó una variación de más del 50% contra el semestre anterior.
Al observar la variación trimestral del indicador, la peor suba fue al principio del año, según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica en base a datos del Indec. La pobreza en los primeros tres meses del año alcanzó al 54,8% de la población, mientras que la indigencia trepó al 20,1%. En el segundo trimestre, si bien aún en niveles récord, la pobreza se ubicó en el 51% y la indigencia en 16,1%.
La diferencia entre los trimestres tiene su principal explicación en la inflación: mientras que los primeros meses del año estuvieron marcados por niveles de inflación superiores al 10% (enero 20,6%, febrero 13,2% y marzo 11%), los siguientes entraron de lleno en un dígito y comenzaron la estabilización en 4% que mantiene el índice de precios hace cuatro meses.
El Gobierno confía en que la tendencia hacia la baja se mantenga y que una macroeconomía ordenada es condición necesaria para revertir estas cifras.
De mantenerse la inflación en estos niveles es esperable que la pobreza y la indigencia no sufran una nueva suba, pero es muy optimista esperar que baje significativamente. “No hay razones para pensar que la pobreza se va a reducir en lo que queda del año”, explicó el economista Martín Kalos, titular de la consultora Epyca.
Según el nowcast de pobreza elaborado por Martín González Rozada, de la Universidad Di Tella, en el semestre de marzo a agosto, la pobreza alcanzó al 49,3% de la población.
Según la consultora Vectorial, “las familias que se encuentran en la indigencia necesitan, en promedio, mejorar sus ingresos en un 50,2% para salir de esa situación, mientras que esta cifra se eleva al 74,2% para el caso de los hogares en situación de pobreza”. Este es el mayor valor desde 2016, por lo que, analizaron, “es el momento de mayor dificultad para las familias para salir de la pobreza”.
A raíz de esto, es conveniente observar los ingresos de las familias. El director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, advirtió que el aumento de la indigencia a pesar de la suba de la Asignación Universal por Hijo (AUH) se debió a que “el grueso de los ingresos de los más pobres no son transferencias del Estado, sino ingresos laborales, que se hicieron pelota”. “En el decil 1 (10% más pobre), el 62% de los ingresos provienen del trabajo”, agregó Schteingart.
Según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la evolución del salario del empleo no registrado en el primer semestre de 2024 se redujo un 29,5% interanual y un 24,8% contra el semestre anterior. Al observar el salario mínimo, este se contrajo un 28,1% con el semestre anterior y un 28,5% interanual.
Indec informó que los salarios en julio subieron un 7,5% y que en el año acumulan un alza del 98,1%. En el mismo período, la inflación suma 94,8%, lo que da cuenta que desde febrero el nivel general de los salarios se ubica por encima de la inflación.
Sin embargo, en la comparación interanual, los salarios tuvieron un aumento del 206,2% mientras que la inflación acumula una suba del 236,7%, lo que da cuenta de una pérdida de más de 30 puntos. Al separar por tipo de empleo, ninguno se ubica por encima de la inflación, pero los más perjudicados son los salarios públicos (170% interanual) y los no registrados (178,9% interanual).
“El Gobierno puede mostrar que a partir de julio hay una mejora del salario real. Por ahora logró estabilizar la pérdida que tuvo al principio del año, pero además hay una licuación de los ingresos no laborales, en especial jubilaciones y planes sociales”, agregó Kalos.
El Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) informó que en agosto el gasto en prestaciones sociales cayó un 16,2% real interanual, mientras que entre enero y agosto la caída fue del 20,3% interanual y explicó el 36% del recorte del gasto.
La única prestación que registra un aumento real interanual en los primeros 8 meses del año es la AUH, que creció un 21,1%.
Sobre el aumento de la AUH, Kalos explicó que si bien mejoró, “solo la cobran los hogares con niños y cubre la canasta de ese niño, no para todo el hogar”. Además, “los otros planes están venidos a menos”.
El economista agregó que también está la pérdida en la masa salarial. “Si bien empatan con la inflación, es menor la cantidad de salarios, porque hubo despidos, además de una retracción en la calidad del empleo”.
Durante el primer semestre de 2024, la desocupación fue del 7,6% y se ubicó en niveles similares a los de la pospandemia.
Entre noviembre de 2023 y junio de 2024 se perdieron 232.705 puestos de trabajo registrados, mientras que según la Secretaría de Trabajo, en julio la dinámica de la pérdida de empleo se detuvo.