Roma, 27 sep (EFE).- Los restos mortales de un sospechoso de ser el llamado “Monstruo de Florencia”, un asesino en serie que entre 1968 y 1985 perpetró ocho dobles homicidios en esa provincia italiana, han sido exhumados este viernes por para examinar su ADN y verificar que realmente pertenecen a Francesco Vinci.
La Fiscalía de Florencia (norte) aceptó la petición de su viuda y ordenó que se procediera a la exhumación de los restos en el cementerio de florentino de Montelupo, donde también están enterrados algunos descendientes de Vinci, que murió carbonizado en 1993, informan los medios locales.
La historia del “Monstruo de Florencia” es uno de los grandes misterios de la crónica negra italiana ya que, a pesar de asesinar a 16 personas durante 17 años de terror, jamás se supo la identidad del asesino o de los asesinos.
El criminal disparaba a jóvenes parejas siempre con el mismo arma, una pistola Berretta del calibre 22, y después se acercaba para apuñalar a sus víctimas y mutilar el cuerpo de las mujeres.
Vinci, originario de la isla de Cerdeña (sur), fue arrestado en agosto de 1982 como sospechoso de ser el autor de los crímenes de las parejas, pero fue exonerado y liberado un año más tarde, después de que mientras él estaba en la cárcel fuera asesinada una pareja de turistas siguiendo el método del “Monstruo de Florencia”.
Una década después, en agosto de 1993, en un coche carbonizado se encontraron dos cadáveres, uno de los cuales, con signos de tortura, fue identificado como el de Francesco Vinci, cuyo funeral se celebró casi un año después, cuando un informe forense certificó que se trataba de sus restos.
Sin embargo, su mujer aseguró que había visto a su marido vivo tras ser declarado muerto y ahora la Fiscalía ha aceptado su petición para comprobar el ADN de los restos enterrados en el cementerio de Montelupo.
A pesar de las largas investigaciones y procesos o los testimonios no se ha logrado arrojar luz sobre los terribles crímenes vinculados al “Monstruo de Florencia”, cuyas últimas víctimas fueron descubiertas hace más de 40 años. EFE