La tormenta de ayer, que había generado grandes expectativas en la región agrícola núcleo, “pasó de largo” y resultó en una “decepción”, según analizaron en el sector. A pesar de que había pronósticos más optimistas, la precipitación se concentró en el sur de Buenos Aires y dejó a gran parte de la zona núcleo seca. Localidades como Lincoln, Junín y Pergamino recibieron entre 4 y 6 mm, en lugar de los 10 a 15 mm esperados. En este contexto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió que la falta de agua comenzó a preocupar, ya que el 54% de la región enfrenta sequía, un nivel mayor al 42% del año anterior. Con 500.000 hectáreas de maíz sembradas, se requieren entre 15 y 20 milímetros para asegurar el nacimiento del cultivo. Además, es necesaria la lluvia para evitar que siga incrementándose el trigo de calidad regular y mala.
Cristian Russo, jefe de estimaciones de la BCR, comentó sobre las recientes lluvias: “Había mucha expectativa, pero la tormenta llegó solo al borde de la región núcleo. Esperábamos entre 10 y 15 mm y la lluvia se concentró en el sudeste. En Pergamino se registraron 2,6 mm, en Chacabuco 3 mm, en Rojas 2 mm, Junín 3,8 mm y Lincoln 2,4 mm”.
Russo también señaló que no se cumplieron las expectativas de lluvia en el sur de Córdoba y Santa Fe: “La tormenta comenzó en Río Colorado, en el límite de Buenos Aires con La Pampa, donde llovió 38 mm, el máximo en la zona”. La entidad hizo un informe en donde se detalló que, si se traza una diagonal de Trenque Lauquen a Pergamino, en el sur llovió y en el norte no. En el territorio bonaerense, los registros fueron de entre 5 y 18 mm, con 13 mm en Tres Arroyos y Necochea, 10 mm en Saladillo, y 16 mm en Daireaux.
Situación
Esto se da en un contexto en el que desde la BCR dijeron que “la falta de agua en la región es muy seria”. En ese sentido, detallaron que en la imagen que compara el contenido de agua útil en el primer metro se nota que, en el oeste, la falta de agua es similar a la de 2023 y que en buena parte del centro y este de la región la situación es sensiblemente peor. “Comparando con las imágenes de reserva de agua en el suelo (para el primer metro) y con la referencia del consumo de una pradera de gramíneas, hace un año la sequía abarcaba al 42% del área, mientras que al presente se extiende sobre el 54% de la región núcleo”, alertó.
En este contexto, respecto a la siembra de maíz, Russo indicó que se ha avanzado rápidamente a pesar de las condiciones de alta demanda de humedad. “Necesitamos entre 15 y 20 mm para asegurar el nacimiento del maíz. En Córdoba, algunos productores están en riesgo porque sus cultivos pueden no nacer, lo que pone en peligro toda su inversión. También es importante para el trigo, donde ya aparecen calidades malas”, dijo.
Según detalló, ya se implantaron 500.000 hectáreas de maíz y faltan 810.000 hectáreas. En la franja este de la región núcleo, con reservas hídricas peores que el año pasado, la tormenta de Santa Rosa permitió un significativo avance en el extremo sur santafecino, donde ya se ha implantado el 85% del maíz. En contraste, el nordeste bonaerense apenas alcanza el 25%, y el noroeste el 5% aunque allí podría extenderse la siembra, considerando que el año pasado el impacto de la chicharrita fue mínimo en esa zona.
Russo destacó que se esperan nuevas posibilidades de lluvia el domingo y el martes próximos. “Hace más de 90 días que no teníamos oportunidades de lluvia en tan poco tiempo. Aunque las precipitaciones serán aisladas, cada milímetro cuenta y es fundamental. Ojalá podamos alcanzar esos 15 a 20 mm que necesitamos en la región centro”, dijo.
En cuanto al trigo, desde la BCR señalaron que la demanda de agua se hace cada vez más importante, ya que está a punto de entrar en el período crítico. Hay un 5% de los lotes desplegando la hoja bandera, un 60% encañando y un 35% en macollaje. Por la falta de agua, en el oeste de la región ya hay 50.000 hectáreas malas; esto es, el 4% del trigo de la región. Un 14% está regular, un 46% bueno, 36% muy bueno y un 2% excelente.
Por su parte, Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, destacó los efectos positivos de las lluvias para los cultivos invernales en el sur de la provincia. “Las lluvias ocurridas alcanzaron prácticamente toda la provincia de Buenos Aires, muy pocos milímetros hacia el noroeste de la provincia, pero benefician principalmente a los cultivos de invierno que se están desarrollando en el sur de la provincia, que se encuentran en muy buen estado de condición hídrica y en un buen estado de cultivo”.
Conde señaló que estas lluvias son cruciales para los cultivos de trigo y cebada, que están ingresando en sus etapas críticas. Además, agregó que las precipitaciones también favorecen la campaña gruesa, ya que mejoran la humedad del suelo, lo que es fundamental para realizar una siembra temprana de maíz. En el norte del país, especialmente en Chaco, la situación del trigo es más avanzada, aunque las lluvias ayudan a evitar un deterioro en la condición de los cultivos. “Esto es muy importante para poder finalizar las siembras de girasol”, concluyó Conde.