Carmen Barbieri asumió la conducción de Cuestión de peso hace unos días, como reemplazo de Mario Masaccessi quien se tomó dos semanas de vacaciones. Con su habitual histrionismo y simpatía, la actriz se puso todo el equipo al hombro y entró de manera muy rápida dentro de la dinámica de sus compañeros, demostrando mucho humor.
Esa misma buena onda combina tan bien que Carmen se anima a hacerles algunas bromas al equipo de profesionales que la acompañan dentro del reality. Pero quizá esas mismas actitudes graciosas no le caen bien a todos, como sucedió recientemente cuando un episodio terminó por incomodar y mucho a Estefanía Pasquini, la esposa de Alberto Cormillot.
Lo cierto es que todo comenzó cuando el reconocido médico vio bailar a la actriz y no dudó en llenarla de elogios. Esta situación llevó a que Barbieri no dude un segundo en invitarlo a sumarse a su baile, siempre espontánea y tratando de dar un poco de show. El hecho es que tiraron estos pasitos muy juntos, pero en medio de tantas risas hubo alguien que no se lo tomó tan bien.
Hablamos de Pasquini, que se quedó anonadada con la situación que se tejió en el piso. “Por favor Alberto, quiero escucharte, decí algo”, le lanzó la conductora, ante la respuesta del nutricionista que no dudó en expresar la admiración que siente por ella y hasta incluso le confesó sentirse muy feliz de poder estar compartiendo estos programas junto a ella.
LA ADVERTENCIA DE LA ESPOSA DE ALBERTO CORMILLOT AL VERLO BAILAR CON CARMEN BARBIERI: “¡OJO!”
“Mirá, para mí trabajar hoy, me voy a referir a vos, porque trabajar con vos es un lujo que nunca me había dado. Y además recién cuando te vi bailar. ¡Qué grande! Cuando te vi bailar, dije ‘qué grande’”, expresó Cormillot. Fue en ese entonces cuando Carmen decidió sacarlo a bailar al centro del estudio mientras le tomaba la mano.
Sin embargo, el doctor no dudó en abrazar a la conductora para poder bailar más cerquita, algo que generó la fuerte reacción de Estefanía. La médica se puso seria de golpe, miró fijo a su esposo y llevándose el dedo índice de la mano a la cara para hacerle un gestito inesperado. “¡Ojo!”, apuntó la mujer, aunque la conductora buscó llevar tranquilidad y hacerle saber que todo era una puesta en escena: “No me lo llevo”, se defendió.