La obesidad es un problema de salud global y provoca mucho debate. Algunos expertos creen que la genética es clave en el sobrepeso, mientras que otros consideran que la cantidad de calorías consumidas es lo más importante.
A pesar de que nuestro ADN puede influir en los trastornos de peso y en el proceso de subir de peso, la cantidad de calorías consumidas también, según la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Genética o calorías: ¿qué influye más en la obesidad?
El impacto de la genética frente a la cantidad de calorías consumidas en la obesidad es un tema complejo.
Aunque 40 años no son suficientes para que los genes cambien significativamente, sí hubo una notable evolución en el estilo de vida, con dietas inadecuadas y falta de actividad física, lo que contribnuye al aumento del sobrepeso en todo el mundo.
Aunque los genes no han cambiado radicalmente en este tiempo, ciertos genes sí están relacionados con la predisposición a la obesidad.
Un estudio reciente dirigido por Juwairriyyah Siddiqui, Clint Kinney y Joan Han del Hospital Monte Sinai de Nueva York, publicado en Pediatric Clinics of North America, señala que la influencia genética es más notable en los niños que en los adultos.
Las mutaciones en genes, como los de la leptina y la melanocortina, pueden causar problemas de saciedad y obesidad en la infancia.
El sistema leptina-melanocortina, uno de los primeros identificados en relación con la obesidad, involucra a la leptina, una proteína que ayuda a regular la sensación de hambre.
Las mutaciones en el gen de la leptina pueden interferir con esta regulación, como se demostró en 1999 al tratar con éxito a niños con deficiencia de leptina mediante administración externa. La melanocortina también es crucial, ya que transmite las señales de saciedad al cerebro.
Adicionalmente, el gen FTO está relacionado con la obesidad severa y la diabetes tipo 2, ya que sus mutaciones afectan la regulación del apetito y la ingesta calórica.
Factores que influyen la obesidad
Aunque la genética juega un rol importante, el estilo de vida y los hábitos alimenticios son factores decisivos en el desarrollo y manejo de la obesidad:
- Dieta: el consumo excesivo de calorías, especialmente a través de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas saturadas, contribuye al aumento de peso.
- Inactividad física: la falta de ejercicio y un estilo de vida sedentario reducen el gasto energético y facilitan el aumento de peso.
- Metabolismo: la tasa metabólica basal, que es la cantidad de energía que el cuerpo necesita en reposo, varía entre individuos y puede influir en el riesgo de obesidad.
- Hormonas: desequilibrios hormonales, como problemas con la leptina o la insulina, pueden afectar el apetito y el almacenamiento de grasa.
- Factores psicológicos:estrés, ansiedad y depresión pueden llevar a comportamientos alimentarios desordenados y al aumento de peso.
- Factores socioeconómicos: la disponibilidad y el acceso a alimentos saludables, así como el nivel socioeconómico, pueden influir en los hábitos alimenticios y el riesgo de obesidad.
- Sueño: la falta de sueño y los patrones de sueño irregulares pueden afectar las hormonas que regulan el apetito y contribuir al aumento de peso.
- Medicamentos: algunos medicamentos, como los antidepresivos y los esteroides, pueden causar aumento de peso como efecto secundario.