El lavarropas es uno de esos electrodomésticos que se usa casi a diario. Sin embargo, cuando llega la factura de luz, el costo de su funcionamiento puede ser sorprendente.
Si querés reducir ese gasto y no comprometer la eficacia de tu limpieza, hay un truco simple pero efectivo que podés aplicar.
Conoce cómo ajustar el uso del lavarropas para maximizar su eficiencia energética, con el fin de que puedas pagar menos en la próxima boleta de electricidad y así cuidar tu bolsillo y el medio ambiente al mismo tiempo.
¿Cuál es el truco del lavarropas para no gastar energía de más?
El truco para reducir el consumo de energía de tu lavarropas es mucho más sencillo de lo que pensás: se trata de utilizar la función “lavado en frío” o “eco” que la mayoría de las lavadoras modernas tienen.
Este botón puede parecer insignificante, pero tiene un impacto considerable en el consumo energético.
Se estima que entre el 75% y el 90% de la energía utilizada por un lavarropas en cada ciclo se destina a calentar el agua.
Por eso, al optar por el lavado en frío, no solo reducís el gasto energético, sino que también evitás el deterioro de los tejidos, ya que el agua caliente puede ser perjudicial para ciertos materiales.
Aunque comúnmente se cree que el agua caliente es necesaria para una limpieza efectiva, en la mayoría de los casos, el agua fría es suficiente para mantener tu ropa limpia.
¿Cuáles son los beneficios del lavado en frío?
Optar por el lavado en frío ofrece varias ventajas para tus prendas. Entre ellas, este método:
- Elimina manchas de manera eficaz: la efectividad del lavado en frío no está reñida con la capacidad para quitar manchas.
- Reduce el riesgo de encogimiento: al lavar con agua fría, se minimiza la posibilidad de que los tejidos se encojan.
- Preserva la durabilidad de la ropa: la ropa tiende a mantenerse en mejor estado y dura más tiempo cuando se lava en frío.
¿Qué es y cómo usar el lavado en frío?
El lavado en frío consiste en utilizar agua fría o a temperatura ambiente en lugar de agua caliente o tibia durante el ciclo de lavado. Este método es especialmente ventajoso para la mayoría de las prendas, ya que ayuda a mantener la textura, el color y la elasticidad de los tejidos sin alteraciones.
Es particularmente recomendable para ropa oscura, prendas de colores vivos y tejidos delicados como lana, lino y 100% algodón. También es ideal para ropa íntima, ya que previene el encogimiento y el desgaste del elástico.