(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Blanca ajusta el texto de su última propuesta para lograr un cese del fuego entre Israel y Hamas, que aún mantienen sus diferencias respecto a la seguridad del corredor de Filadelfia y la cantidad de presos palestinos involucrados en actos terroristas que se deberían intercambiar por todos los rehenes judíos secuestrados durante los ataques del 7 de octubre de 2023.
La administración Biden explicó que esta iniciativa de cese del fuego se presentará bajo el concepto “se toma o se deja”, una condición política que no alcanzó para atenuar las cláusulas que todavía exigen el premier Benjamín Netanyahu y el líder terrorista Yahya Sinwar para aceptar una tregua de seis semanas en la Guerra de Gaza.
La última propuesta de Estados Unidos que se redacta en el Consejo de Seguridad y el Departamento de Estado implica solo tres párrafos de un documento con 18 párrafos que se fue ajustando en su wording desde principios de junio.
Es decir: Israel y Hamas ya han aceptado cerca del 90 por ciento de la Iniciativa Biden, y solo falta lograr el acuerdo respecto a cuántos terroristas palestinos presos se tienen que liberar para recuperar a los rehenes judíos y qué cantidad de efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pueden permanecer en el corredor Filadelfia.
En Jerusalem revelaron a Infobae que hay 60 rehenes con vida y 35 secuestrados que ya habrían muerto a manos de Hamas. Para la organización terrorista financiada por Irán, los cautivos -muertos o vivos- son una mercancía de cambio que se manipula acorde a las circunstancias.
En la última negociación, que protagonizaron representantes de Estados Unidos, Qatar y Egipto, Hamas exigió la libertad de 800 presos palestinos por los 95 rehenes capturados el 7 de octubre de 2023.
Israel puso reparos: en la lista tentativa, el grupo fundamentalista incluyó a terroristas con cadena perpetua y a fedayines con muchísima evidencia en contra que tendrán sentencia definitiva.
“Hay una lista de rehenes, y todos la tenemos, y Hamás la ha tenido, y todas las partes la han tenido. Ahora hay menos nombres en la lista. Y Hamás está amenazando con ejecutar a más rehenes. Estamos tratando con un grupo terrorista, y por cada rehén habrá una cierta cantidad de prisioneros palestinos que saldrán”, aseguró un importante funcionario de la administración Biden a Infobae.
Al margen del debate acerca de la cantidad de presos palestinos que deberían recuperar la libertad a cambio de los rehenes cautivos en Gaza, Israel exhibe una posición intransigente sobre la cantidad de tropas que tendrían que permanecer en el corredor Filadelfia.
Benjamín Netanyahu, premier israelí, sostiene que las tropas son inamovibles para evitar que Hamas pueda contrabandear armas, alimentos e insumos médicos desde Egipto.
Yahya Sinwar, jefe de Hamas, rechazó la presencia de efectivos israelíes en el corredor Filadelfia y exigió un retiro absoluto de las Fuerzas de Defensa de Israel.
“No abandonaremos el corredor de Filadelfia, ni siquiera durante el período de 42 días incluido en la propuesta de acuerdo de intercambio. No queremos salir de Gaza y luego regresar; más bien, queremos quedarnos. Estoy comprometido a devolver a los rehenes pero abandonar Filadelfia no lo logrará”, aseguró Netanyahu en una conferencia de prensa.
Esta afirmación de Netanyahu causó un profundo malestar en la Casa Blanca. Los asesores de Biden y los negociadores oficiales de Israel -el titular del Mossad y el director de la Shin Bet-, no comparten las opiniones del primer ministro. Y consideran que esas declaraciones fueron a destiempo y podrían complicar un posible cese del fuego.
En este contexto, las tropas desplegadas en el corredor Filadelfia se transformaron en un laberinto. Netanyahu y Sinwar tienen posiciones opuestas, mientras que la Casa Blanca, el ministro de Defensa de Israel y sus negociadores oficiales consideran que es posible retirar las tropas del corredor Filadelfia sin causar una crisis de seguridad.
Pero Netanyahu es el primer ministro israelí y Sinwar es el jefe de Hamas apoyado por Irán.
Entonces, si ellos no ceden en sus posiciones, no habrá cese del fuego. Y Biden, a pocas semanas de las elecciones presidenciales, ya exhibe un poder menguante para presionar a Israel y lograr que Qatar convenza al grupo terrorista que inició esta crisis con su ataque del 7 de octubre.
Antony Blinken visitó Haití y ofreció una conferencia de prensa a los periodistas locales. El secretario de Estado fue elíptico cuando fue consultado sobre la última propuesta que presentará Biden a los dos enemigos de Medio Oriente.
“En los próximos días compartiremos con Israel, y [Qatar y Egipto] compartirán con Hamás, nuestras ideas sobre exactamente cómo resolver las cuestiones pendientes restantes, y luego será el momento de que las partes decidan sí o no, y luego veremos”, dijo Blinken en Puerto Príncipe.
En la Casa Blanca y el Departamento de Estado argumentan que Netanyahu debería dar el primer paso. En Jerusalem, ayer a la tarde, explicaron a Infobae que el premier israelí no se moverá un centímetro de su posición política. “Aunque lo llame Biden”, completaron.