La palta es un alimento indispensable en la dieta. Al ser una grasa saludable, este producto puede formar parte de una ensalada o de un plato principal para realzar su sabor. A su vez, según indican los especialistas, las hojas de este alimento rico en fibras ayudan a combatir algunas enfermedades.
Las hojas de la palta y de otros frutos siempre tuvieron un uso medicinal debido a que contienen algunos nutrientes esenciales para nuestro sistema inmunológico. En ese sentido, esta parte de la planta se puede utilizar en infusiones como el té para aprovechar al máximo sus beneficios y así sanear al cuerpo de virus y bacterias que afectan su correcto funcionamiento.
Dentro de una extensa cantidad de afecciones que puede curar una taza de té de hojas de palta, se encuentran la diarrea, la bronquitis, hipertensión, colesterol, artritis, entre otros dolores que afectan la rutina habitual y dejan una sensación de pesadez o molestias constantes que pueden traer en consecuencia cuadros de estrés y ansiedad.
Al tener propiedades digestivas, las hojas de palta ayudan a regular los movimientos intestinales y por ende, curan cualquier problema vinculado a un tema gastrointestinal. Según especialistas en medicina y nutrición, este producto tiene propiedades carminativas que “favorecen la disminución de la generación de gases en el tubo digestivo”.
Por otra parte, existen investigaciones al respecto sobre cómo el té de palta puede atenuar la diabetes. Esto se debe a que la palta ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y contribuye al problema. Sin embargo, la mejor opción en este caso particular es asistir a un médico que pueda hacer estudios pertinentes y dar un plan alimenticio acorde a esta enfermedad.
Cómo armar un té de hojas de palta y qué ingrediente realza su sabor
Esta infusión milenaria del té de hojas de palta lleva a cabo un proceso corto, similar al de otras preparaciones, aunque el toque mágico de la miel o el limón le da un salto de calidad.
En este caso particular se van a necesitar una cantidad de cuatro a seis hojas de palta, un litro de agua -evitar de la canilla, a menos que sea filtrada- y miel o limón, a gusto.
El paso a paso para prepararlo:
- Elegir las hojas: este proceso es clave y esencial para que el resultado sea óptimo. Las hojas deben estar enteras, sin macharse, y deben tener un color verde opaco. Lo ideal es que apenas uno las doble se sienta un crujido.
- Lavarlas: al igual que con las frutas y verduras, las hojas deben pasar por un proceso de limpieza donde se le sacará el excedente de tierra o cualquier polvillo que tenga en la superficie.
- Hervir el agua: una vez que el líquido llegó a ese estado, colocar las hojas de palta y cocinarlas a fuego lento durante 10-15 minutos hasta que las mismas hayan desprendido todo su contenido proteico.
- Reposo: una vez completado el paso 3, se debe apagar el fuego y que el líquido repose entre 5 y 10 minutos.
- Colar: retirá las hojas y servir el té.
- Añadir sabor: coloca una cucharada de miel o una cucharada sopera de jugo de limón para darle un toque distintivo.