La enfermedad de Huanglongbing (HLB) se convirtió en la mayor amenaza para los productores de cítricos en todo el mundo. Su impacto devastador fue evidente, por ejemplo, en Florida, Estados Unidos, donde el apodo de “el condado de las naranjas” está en peligro debido a la drástica caída en la producción. Ante esta situación, Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del NOA (Acnoa), alertó que los productores de Tucumán están en estado de preocupación, ya que en abril pasado se detectó la presencia de Diaphorina citri, el insecto vector que puede llegar a transmitir esta enfermedad en una finca comercial de la provincia. Aunque aún no se confirmó la presencia del HLB como tal, este hallazgo podría llevar a un cambio en el estatus fitosanitario de Tucumán, una provincia clave en la producción de limón hoy ya afectada por serios problemas de rentabilidad.

Como informó la semana pasada LA NACION, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) viene de detectar tres casos positivos del insecto vector. Las detecciones se registraron en dos plantas de arbolado urbano en las localidades de Villa Ocampo y San Antonio de Obligado, y otro caso en una quinta comercial en la localidad de Malabrigo, en la provincia de Santa Fe.

“Hay mucha preocupación”: alerta en el país por el vector de una enfermedad que derrumbó una producción de cítricos en Estados Unidos

“Hace aproximadamente dos años se empezó a encontrar Diaphorina citri en los traspatios o en zonas urbanas, y en abril de este año se dio la primera detención en una explotación comercial, en un campo en Famaillá, en la provincia de Tucumán”, explicó. En este contexto, Padilla dijo que la presencia de Diaphorina citri representa una amenaza que podría cambiar el estatus de la provincia. “Tucumán y Catamarca eran zonas libres de Diaphorina citri, es decir, zonas 1. En la Argentina hay tres zonas: la zona 3, con Diaphorina citri y HLB; la zona 2, con Diaphorina citri sin HLB, que incluye a Salta y Jujuy; y la zona 1, que incluye a Tucumán y Catamarca, sin HLB y sin Diaphorina citri”, detalló.

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El HLB es una enfermedad bacteriana que ataca específicamente a los cítricos. Las consecuencias de esta enfermedad son graves, ya que provoca la muerte de las plantaciones y aumenta significativamente los costos de producción. “Primero, las plantaciones se mueren; segundo, para evitar la propagación o muerte, el costo de producción se incrementa fuertemente por las medidas sanitarias que hay que implementar. Por último, empieza a faltar el producto y el precio sube, como pasó con la naranja, que alcanzó precios sin precedentes en la historia”, dijo.

En rigor, por el impacto de esta enfermedad en los últimos 20 años se cayó la producción mundial de naranja. En Florida, por ejemplo, en la temporada 2022-2023 la cosecha de la fruta fue la menor en 100 años, principalmente a causa de esta enfermedad. En ese Estado los citricultores recogieron el equivalente a 15,85 millones de cajas de naranja frente a los 41,2 millones de la temporada anterior.

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Frente a esto, Padilla se refirió al accionar de la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino, que comprende a los productores de Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy. “Se creó con otros fines en su momento para otras enfermedades cuarentenarias, y tiene delegadas las funciones del Senasa. Administra un programa de 13 barreras que regulan el control de entrada y movimiento de material vegetal en las provincias del NOA, que es un área protegida contra el HLB. Eso lo hace el sector privado en conjunto con el Senasa y con las provincias del NOA”, comentó.

Agregó que hay una red de trampas en la provincia de Tucumán que cuenta con más de 3000 trampas, parte de una red oficial que abarca toda la zona de producción de cítricos. ”Constantemente se está monitoreando para detectar la presencia de la plaga. A través de esa red se detectó la presencia de Diaphorina citri en Tucumán y Catamarca”, dijo.

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Hay mucha preocupación en el sector por este tema. El temor está en que la situación del sector no es la mejor. El sector está aportando en forma privada 3000 millones de pesos, pero la situación se hace cada vez más difícil. Los productores están muy golpeados; hay 12.000 hectáreas que se están abandonando [ocurrió con el limón], lo que podría ser un potencial foco de aparición de más vectores y la posible entrada de la enfermedad”, dijo Padilla.

Según un monitor de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres y el análisis de imágenes satelitales del INTA Famaillá, entre 11.000 y 12.000 hectáreas están con mantenimiento mínimo o prácticamente en abandono. “Esto se debe a la crisis del sector y a que la producción de limón no es rentable. El costo de sostener una hectárea de limón, la cosecha y la producción supera el valor de la producción obtenida, por lo que la gente está abandonando el cultivo y buscando otras alternativas”, concluyó Padilla.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.