(Composición Infobae: Andina / etkho.com)
Es posible que, al recorrer las interminables avenidas de Lima Metropolitana, alguien se sienta sobrecogido por lo que observa. Quizás sea la vastedad de la ciudad lo que lo asombre, un paisaje donde los edificios se funden con los cerros y las casas se apiñan, casi como si quisieran alcanzar el cielo. Tal vez el contraste entre la modernidad de los rascacielos y los rincones antiguos lo invite a detenerse por un instante, cautivado por la convivencia de dos mundos que, aunque distantes, coexisten en un mismo espacio.
Las grandes construcciones de la ‘Ciudad de los Reyes’ también podrían cautivar a quienes recorren sus calles. Tal vez el impactante Museo de la Nación, con su imponente estructura de concreto, inspire asombro. O quizás el rascacielos Westin, con sus líneas modernas y elegantes, se convierta en un símbolo de la prosperidad que muchos asocian con el futuro de la ciudad.
Estas edificaciones, cada una con su distintivo impacto, podrían fascinar a quienes exploran la capital en busca de contrastes arquitectónicos. Aunque la ciudad alberga numerosos colosos, solo algunos tienen características verdaderamente excepcionales. Entre ellos, el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins se alza como un monumento en el ámbito de la infraestructura médica, con un diseño y una envergadura que lo hacen destacar entre las demás construcciones de la ciudad.
Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins
El 3 de noviembre de 1958 marca un hito importante en la historia de la salud pública en el Perú: la inauguración oficial del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, un establecimiento que hoy es símbolo de la seguridad social en el país. Sin embargo, la historia de este importante nosocomio tiene sus raíces mucho antes, remontándose al 12 de agosto de 1936, cuando se promulgó la Ley N° 8433, conocida como la Ley del Seguro Social Obligatorio, que inicialmente se dirigió exclusivamente a los obreros.
Fue en ese momento que se creó la Caja Nacional del Seguro Social Obrero y se encargó al doctor Edgardo Rebagliati Martins la organización e instalación de esta nueva entidad, con el propósito de brindar protección social a la clase trabajadora.
Años más tarde, el 19 de noviembre de 1948, la creación del Seguro Social Obligatorio del Empleado, bajo el Decreto Ley N° 10902, marcó otro avance significativo al fusionarse con la Caja Nacional del Seguro Social, formando así el Seguro Social del Perú. Fue durante la gestión de este seguro que se proyectó la construcción del Hospital Central del Empleado, el cual, tras su primera inauguración en 1956, no pudo entrar en funcionamiento inmediato debido a la falta de equipamiento adecuado.
Finalmente, fue el 3 de noviembre de 1958 cuando este hospital abrió sus puertas para atender a los empleados y sus derechohabientes, consolidándose como uno de los principales centros de salud del país. En 1981, en reconocimiento a la labor del doctor Edgardo Rebagliati Martins, el nosocomio adoptó oficialmente su nombre actual, honrando al hombre que, con visión y dedicación, organizó la seguridad social en el Perú.
Rebagliati es considerado el precursor de la salud pública en el país, cuyo legado vive en la infraestructura hospitalaria que ayudó a construir y en el sistema de seguridad social que hoy sigue beneficiando a millones de peruanos.
El hospital construido sobre una huaca
El terreno donde se construyó el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins posee particularidades dignas de mención. Antes de la edificación del centro de salud, esta locación albergaba una vasta huaca, un antiguo centro ceremonial preincaico.
Esta huaca, identificada con al menos tres nombres —Huaca Grande, Huaca Santa Beatriz, o Huaca La Universidad—, fue un importante sitio arqueológico habitado por culturas prehispánicas. La expansión urbana de la ciudad llevó a que el terreno fuera destinado a la construcción del hospital.
El historiador Juan Luis Orrego Penagos, a través del portal web de la Pontificia Universidad Católica del Perú, reveló las coordenadas de la ubicación de la desaparecida huaca. “La Huaca La Universidad se ubicó en los terrenos del actual hospital Rebagliati de EsSalud, entre las calles E. Rebagliati, P. Cueto, Coronel Zegarra, L. Montero y las avenidas Arenales y Salaverry. (…) Fue destruida entre 1935 y 1950″, señaló.
La página de Facebook Limatopías también se refirió a este complejo ceremonial prehispánico. “La Huaca Grande o Santa Beatriz, una de las más grandes de Lima y regada por el canal Huatica que discurría por la av. Salaverry, fue demolida a inicios de los años 50 para la construcción del Hospital del Empleado, hoy hospital Edgardo Rebagliati”, se lee.
Fue el más grande de Sudamérica
Desde su construcción, el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins se consolidó como el centro de salud más grande de Sudamérica. Con su imponente infraestructura y su capacidad para atender a miles de pacientes, este nosocomio marcó un hito en la historia de la salud pública en la región. Su tamaño y la modernidad de sus instalaciones lo posicionaron rápidamente como un referente en todo el continente.
Según la página web de EsSalud, en sus primeros años de funcionamiento, el hospital Rebagliati Martins contaba con 466 camas y un equipo de 167 trabajadores, entre médicos, técnicos y enfermeras, especializados en áreas como maternidad, laboratorio clínico, banco de sangre, rayos X, farmacia, consulta externa, emergencia y sala de operaciones. Además, la infraestructura estaba equipado con tecnología médica de vanguardia, lo que lo posicionaba como uno de los centros de salud más avanzados de su época.
Por su parte, el Gobierno peruano señaló lo siguiente en su portal web: “Considerado en su época el más grande y moderno de esta parte del continente”.
(CUMBRA / Andina)
La magnitud de este centro de salud no solo se refleja en su imponente infraestructura, sino también en otro indicador medular: la cantidad de peruanos a los que brinda atención. Actualmente, más de 2 millones de asegurados en toda la red prestacional dependen de sus servicios, lo que pone de manifiesto su enorme capacidad y su papel esencial en el sistema de salud del país.
Puente y helipuerto en sus instalaciones
En 2018, las autoridades inauguraron un puente tipo Bailey que conecta la Nueva Emergencia con la antigua Emergencia del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. Antes de su instalación, el traslado de pacientes se realizaba externamente, a través de la calle adyacente al hospital, en ambulancias que podían tardar hasta 30 minutos en recorrer solo 300 metros, debido al intenso tráfico. Esto representaba un riesgo adicional para la vida de los pacientes.
Con la implementación de este puente completamente techado, el tiempo de traslado se ha reducido a tan solo 5 minutos. Ahora, los pacientes pueden ser trasladados internamente, ya sea en ambulancia, camilla o silla de ruedas, sin necesidad de salir a la calle ni enfrentarse a las inclemencias del clima. El puente, que tiene 45.22 metros de largo por 4.45 metros de ancho y puede soportar hasta 48 toneladas, ofrece una solución segura y eficiente para el transporte interno de pacientes.
El hospital también cuenta con un helipuerto, el cual se encuentra en la explanada cubierta por césped natural. Su presencia es importante para facilitar la llegada de helicópteros médicos que transportan a pacientes desde zonas alejadas o en situaciones de emergencia extrema, donde cada segundo cuenta.
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Este es el edificio más alto del Perú
En el distrito de San Borja se alza la Torre Banco de la Nación, un edificio que se ha convertido en un referente de la arquitectura moderna en el Perú. Inaugurado en julio de 2016, este rascacielos de 135.5 metros de altura y 30 pisos es la construcción más alta del país. Equipado con doce ascensores y un helipuerto, la torre también destaca por su avanzado sistema de disipadores de energía sísmica, diseñado para garantizar la seguridad estructural.
Ubicada en la cuadra 24 de la avenida Javier Prado Este, esta construcción goza de una posición privilegiada, adyacente al Museo de la Nación y a pocos pasos de la estación La Cultura del Metro de Lima, así como del centro comercial La Rambla. Este entorno estratégico convierte a la torre en un punto de referencia medular para quienes transitan por esta concurrida zona de la capital.