Mirtha Legrand aprovechó la presencia de Florencia Raggi en su mesa del sábado por la noche y no solo le hizo un pedido público a Nicolás Repetto, su marido, sino que además recordó que el famoso conductor le arrebató un importante premio. “Qué audacia”, se quejó.
La actriz compartió la cena del programa que Eltrece emite en el prime time del sábado con el conductor y exmodelo Horacio Cabak, con la periodista Mercedes Ninci y con el cantante L-Gante. Luego de la presentación habitual, Raggi habló sobre su participación en la obra teatral “Matar a mamá”, donde comparte cartel con Inés Estévez y María Rosa Fugazot. Una vez que terminó de hablar de la puesta y de la historia, Mirtha pegó el volantazo y cambió el eje de la conversación.
“¿Cómo está Repetto?”, indagó la diva de la televisión. “Repetto está muy bien”, alcanzó a decir Raggi y la Chiqui volvió al ruedo. “Le mandamos un beso. Que vuelva a la televisión. Yo lo quiero de rival”, agregó, y despertó la risa de todos los presentes. En ese momento, la conductora recordó que durante mucho tiempo fueron competencia, en el horario del mediodía. “Un gran personaje para la TV. Debería volver”, repitió.
Lejos de dejar el tema de lado, Mirtha siguió con una pregunta que muchos se hacen: “¿Qué hace Repetto?”. “Y, es un creativo él, así que cuando no está en los medios, sigue creando”, ensayó la actriz. “¿Es cierto que compra casas?”, continuó la Chiqui. “También, y también es una parte de explorar su creatividad. Lo arquitectónico es algo que siempre le gustó, lo hace y lo seguirá haciendo. Pero también está con unas cositas artísticas que tal vez salen a la luz”, reveló.
Otra vez sin mucho preámbulo, la conductora cambió el foco de la charla y recordó un duro momento que vivió gracias a Repetto. “El ganó el primer Martín Fierro de oro. Me lo ganó a mí, nada menos”, disparó. “Ahí estuvo mal”, acotó Raggi. “Qué audacia”, siguió la Chiqui el pase de factura. “Estábamos con Daniel Tinayre en la mesa, los dos convencidos de que lo iba a ganar yo, y no. Ganó Repetto”, completó la anécdota. Antes de cerrar, le regaló un halago: “Es un gran conductor”, cerró.
Un amor “ancestral”
A los 22 años, Florencia Raggi se enamoró de Repetto, aquel entonces un destacado conductor que gracias a su carisma se había convertido en el dueño de los mediodías de la TV. El flechazo fue durante una entrevista que él le hizo en su programa Nico. A los tres meses se fueron a vivir juntos, dos años y medio se convirtieron en padres con la llegada de Renata. Luego se sumó Francisco. En 2008 se casaron en secreto. Recién un año después la misma actriz reveló, sin querer, que habían formalizado la relación en una entrevista en vivo en el programa Mañanas informales. Tras la crisis de 2001 vivieron un par de años en España y hoy alternan sus días entre La fiaca, su chacra en José Ignacio, Uruguay, y la casa de San Isidro.
Repetto y Raggi son una de las parejas más sólidas del mundo del espectáculo: el 4 de enero próximo cumplirán 30 años juntos. En 2011 Repetto le confiaba a la revista HOLA el secreto para seguir juntos y auguraba muchos años más así: “Esto es día a día. Nadie tiene la vaca atada en la pareja. Siempre hay cosas de afuera y de adentro que pueden influir. Y yo disfruto mucho, pero sé que ella no es mía ni yo soy de ella. Por suerte, es con alegría y la pasamos bomba. Pero no es que como estamos casados ya somos uno del otro. A mí me gusta ella, así que no es ningún sacrificio. Me gusta física e intelectualmente, y como socia. Si llegamos hasta el final así como estamos, encantado”.
Hace nueve años, cuando les preguntaron cómo cambió el amor a lo largo de la relación, tanto Raggi como Repetto hablaron del trabajo que implica el día a día. “Se profundizó -explicó ella- Aquella atracción o empatía instintiva, animal, que se dio en aquel primer momento, se fortaleció. Pero nuestra relación no es perfecta, es real. Nos arremangamos y trabajamos todos los días para seguir juntos”. “Las cosas no se establecen en un papel y para toda la vida. El amor se lleva día a día. Hay períodos más fáciles y otros de dificultad, en los que los intereses no son los mismos y hay que aprender a negociar”, completó él.
“Nuestra relación es como un encuentro de almas. No quiero sonar new age, pero nuestro amor tiene algo ancestral: nos es muy fácil estar el uno con el otro. Nos llevamos muy bien, nos divertimos juntos y le damos mucho valor a todo lo que “construimos” juntos”, explicó ella, mientras él, por su parte, definió la relación como una “negociación amorosa permanente”.