Desde tiempos antiguos, la Luna ha sido un componente fundamental en la vida y los ciclos de nuestro planeta. Sin embargo, un fenómeno natural pone en riesgo su visibilidad futura.
La Luna se aleja de la Tierra a un ritmo constante. Aunque el proceso es lento, la distancia creciente entre ambos cuerpos celestes podría modificar significativamente la percepción de la Luna en el cielo a lo largo de millones de años.
¿Cuándo dejará de ser visible la Luna?
La Luna se aleja de la Tierra a una velocidad aproximada de 3,78 centímetros por año, un fenómeno que se ha producido desde la formación de nuestro planeta.
Según Sarah Romero, periodista científica de la revista Muy Interesante, este ritmo de distanciamiento, aunque lento, lleva a un futuro en el que la Luna podría dejar de ser visible a simple vista en un horizonte temporal de unos 50.000 millones de años.
El proceso de alejamiento se debe a la fricción generada entre la superficie terrestre y los océanos, que provoca que la rotación de la Tierra sobre su eje se desacelere gradualmente.
A medida que la rotación se ralentiza, la Luna se aleja en respuesta a estas modificaciones. Eventualmente, la Luna alcanzará una órbita estable en la que dejará de alejarse de la Tierra.
Aunque este cambio ocurrirá a una escala temporal tan extensa que resulta difícil de concebir, podría tener implicaciones para los ritmos biológicos de los seres vivos.
Las consecuencias en la Tierra del alejamiento de la Luna
El distanciamiento de la Luna de la Tierra no solo afecta su visibilidad futura, sino que también puede tener implicaciones para nuestro planeta. Aunque los efectos a corto plazo son mínimos, a largo plazo podrían producirse cambios significativos en el entorno terrestre:
Los ritmos circadianos humanos y de otras especies, adaptados al ciclo de 24 horas, podrían necesitar ajustes si los días se alargan a 25 horas.
La desaceleración de la rotación terrestre afectará gradualmente la duración del día.