En el corazón de Buenos Aires se encuentra el “mirador de ahorcado”, una casa construida hace más de 100 años que oculta una leyenda trágica que ha cautivado a muchos.
La historia del mirador de ahorcado está envuelta en misterio y drama, convirtiendo a este antiguo inmueble en un punto de interés tanto para los curiosos como para los amantes de los hallazgos e historias sorprendentes.
La historia del “mirador de ahorcado”, la casa construida hace más de 100 años en CABA
En la avenida Entre Ríos al 1081, en el barrio de San Cristóbal, se encuentra un antiguo caserón de tres plantas, diseñado a principios del siglo XX por el arquitecto Virginio Colombo.
Aunque en sus días de esplendor fue un símbolo de grandiosidad, hoy en día muestra signos de abandono, con ventanas rotas y mampostería en ruinas.
Este edificio, conocido como el “mirador de ahorcado”, esconde una trágica historia que ha marcado su fama.
En 1926, la familia Rocatagliatta se mudó al piso superior de la casa:
- Luiggi Rocatagliatta, un exsoldado de los Bersaglieri,
- Su esposa Glorietta
- Los mellizos, Emmanuel y Vittorio
Ellos vivían en la planta alta, mientras que la planta baja estaba alquilada a una familia de inmigrantes. La convivencia, que empezó en buenos términos, se tornó trágica cuando un conflicto de celos entre los mellizos, cuando los dos se enamoraron de Amparo, la hija de la familia Zick y esto llevó a Vittorio a asesinar a Emmanuel antes de suicidarse en el palomar la noche del 17 de mayo de 1927.
Adrián Dubinsky, miembro de la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal, relató a Perfil que el padre, Luiggi, murió de un infarto al descubrir los cuerpos de sus hijos, intensificando el horror de la situación, mientras que la madre enloqueció viviendo sola en esa casa por un tiempo más.
Una tormenta que azotó CABA esa noche añadió un componente dramático a la tragedia, que rápidamente se convirtió en leyenda. Los inquilinos de abajo, Ernest y Dolores, sospecharon que su hija había causado el conflicto y, eventualmente, Amparo se mudó a Brasil para escapar de las acusaciones.
En la década de 1950, la llegada de un señor brasileño y su esposa haitiana, que practicaban rituales umbanda y vudú, avivó la leyenda del “mirador de ahorcado”.
Los vecinos comenzaron a reportar que en las noches de lluvia aparecía la figura del ahorcado en el mirador, un mito que ha persistido y evolucionado con el tiempo, especialmente con el impacto de las redes sociales. La casa fue tapiada en 2008, pero su historia y la leyenda que la rodea siguen vivas.
¿Cómo está la casa del mirador ahorcado ahora?
A pesar de su notable deterioro, el “mirador de ahorcado” sigue capturando la atención y la preocupación de quienes conocen su historia. La casa, desocupada desde hace más de 11 años, fue víctima de intrusiones y vandalismo, y su estado actual refleja el abandono al que fue sometida.
Pablo Fernández, dueño de una inmobiliaria cercana, señaló en una entrevista con La Nación que el inmueble está en ruinas y que, según los rumores, pertenece a tres propietarios que no están interesados en venderla. Esto ha contribuido al rápido deterioro de la propiedad.
A pesar de estos desafíos, ha habido intentos para salvar el edificio. Fernando Tuma, conocido por su exitosa restauración de Casa Calise, fue invitado a abordar el “mirador de ahorcado” después de que su trabajo en el proyecto de restauración de Casa Calise, financiado por la Ley de Mecenazgo, demostrara su capacidad para recuperar edificios históricos.
Sin embargo, el estado crítico del “mirador de ahorcado” y la falta de cooperación de los actuales propietarios presentan obstáculos significativos para cualquier esfuerzo de restauración.