Los Goyanes Lapique se encuentran haciendo frente al momento más duro de sus vidas. En menos de veinte días, han tenido que armarse de valor para dar el último adiós a tres de sus miembros. Tan solo 18 días después de la muerte del patriarca de la familia, Carlos Goyanes, fallecido el pasado 7 de agosto, tuvieron que despedirse de Tito, el hermano pequeño del empresario. La estocada final llegó este lunes, 26 de agosto, con la repentina muerte de Caritina Goyanes. Tres duras pérdidas que han sumido a la familia en un profundo dolor.
Cari, el apodo cariñoso que le había puesto su entorno íntimo, murió a sus 46 años a causa de un infarto, mientras disfrutaba de sus vacaciones en Marbella, La hermana de Carla Goyanes se encontraba en su piscina de Marbella cuando comenzó a sentirse mal. Fue su hijo Pedro, quien salió a alertar a quienes se encontraban fuera que su madre no estaba bien. Nada más conocer su estado, Antonio Matos, su marido, la llevó al hospital más cercano, donde lastimosamente no se pudo hacer nada por su vida.
Familiares y amigos se han trasladado hasta la localidad malagueña para despedir a Caritina. Una desgarradora despedida que ha dejado entrever lo desolados que se encuentran los Goyanes Lapique. Uno de los momentos que más ha llamado la atención ha sido el desgarrador y emotivo abrazo que Carla Goyanes con Antonio Matos se han dado nada más encontrarse en el tanatorio.
Carla ha llegado al velatorio de la mano de su marido, Jorge Benguria, en quien se apoyaba mientras caminaba cabizbaja hacia la capilla ardiente. Fue entonces cuando su sobrina Cari, conocida cariñosamente por su familia como ‘Minicari’, se acercó a ella para fundirse en un abrazo. Apenas unos segundos después, se unía Antonio Matos, dando lugar a un sentido, emocionado y devastador abrazo a tres antes de permitir a Carla seguir su camino para despedir a su hermana. Por su parte, Jorge Benguria no ha dudado en abrazar al hijo mayor de Caritina, Pedro.
Quien también se encuentra desolada es la matriarca de la familia, Cari Lapique, quien está atravesando el momento más complicado de su vida. Completamente devastada y sin poder articular palabra, la hija de los condes de Mirandala se desplazó hasta el tanatorio de San Pedro de Alcántara con unas gafas de sol con la idea de esconder la tristeza que caracterizaba su rostro.
Para su despedida, la familia, los hijos y el marino de Caritina le han realizado una corona de flores blancas para su sepelio. Este durísimo golpe también ha causado una gran consternación en su entorno. Es por ello que hasta el tanatorio se han trasladado varios seres queridos y amigos de la familia, como Inés Domecq y Rosauro Varo, grandes amigos de la familia, José María García, con quien Carlos tenía una amistad de más de 40 años, o María Zurita y Marisa de Borbón, quien también ha querido mostrar sus condolencias a la familia Goyanes tras el fallecimiento de la empresaria.