Más allá de su permanente actitud de aparentar una “normalidad” institucional y deportiva en Boca, Juan Román Riquelme atraviesa un momento delicado como presidente de la entidad xeneize. El ex N°10 pena por la reciente eliminación del equipo en la Copa Sudamericana a manos de Cruzeiro, que se impuso 2 a 1 en Belo Horizonte y remató la serie 5-4 en los penales. Asimismo, el equipo ocupa la novena posición en la Liga Profesional y mañana se mide ante Estudiantes.

En este contexto de incertidumbre -y mientras River ya se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, Riquelme no la pasó nada bien en su viaje de regreso, y a su llegada al Aeropuerto Internacional de Ezeiza: un hincha lo increpó al grito de “¡Amargo, Román amargo!”, ante la sorpresa de algunos presentes.

El máximo ídolo de la entidad xeneize se percató enseguida de ese grito provocador y su rostro evidenció un gesto contrariado. Enseguida volteó la mirada hacia donde venía el insulto de una sola persona, pero no reaccionó en mala forma ni respondió al agravio. Inmediatamente se escuchó la voz de otra persona allí presente que le reclamó al agresor un “Qué atrevido”, a modo de defensa de Riquelme.

En medio de esa escena, no quedo claro si el comentario contra el dirigente provino de un hincha de Boca enojado o incluso alguien enviado para generar una situación complicada.

Un oscuro panorama deportivo

El duro traspié en la Sudamericana ante Cruzeiro dejó a Boca sin su principal objetivo en la temporada: la obtención de un título internacional tras casi 17 años de espera. Sin embargo, el equipo regaló 45′ en la ida jugada en Buenos Aires e hipotecó gran parte de sus posibilidades en la Copa a los 9 segundos de la revancha en Belo Horizonte: un pisotón de Luis Advíncula sobre Lucas Romero dejó a Boca con diez hombres cuando 19 de los 22 jugadores aún no habían tocado la pelota.

Juan Román Riquelme fue increpado al grito de “amargo” tras su regreso desde Belo Horizonte

El Xeneize se vio rápidamente en desventaja y, pese a haber igualado la serie al final del primer tiempo, no tuvo éxito en los penales y quedó afuera de la competencia. Tras el partido, Diego Martínez se mostró firme a pesar del golpe y no dio señales acerca de una posible salida del cargo. Sin embargo, son varios los puntos a revisar de cara a la recta final de un 2024 con altibajos que definirá, entre otras cuestiones, la continuidad del propio DT. Entre ellas, claro, el comportamiento de los jugadores dentro del campo y la increíble racha de expulsiones que perjudicaron a Boca en instancias decisivas.

“Fueron raras algunas decisiones (del árbitro), en el primer tiempo la cancha estaba bastante inclinada. Fue todo muy regalado para Cruzeiro, pero sabemos que estas cosas pueden pasar, son partidos definitorios”, se quejó Sergio Romero, pese a que la falta de Advíncula no admitió discusión. Martínez, en cambio, prefirió no arremeter contra el juez: “Es fútbol. Luis estaba destrozado, muy triste. Solo fui a abrazarlo. Hay que acompañarlo al igual que a Miguel (por Merentiel, quien falló el último penal). Fijate cómo es el fútbol que a dos de nuestros mejores futbolistas les pasó lo que les sucedió”.

Por Prensa Pura Digital

DIARIO DE VILLA LA ANGOSTURA Y REGIÓN DE LOS LAGOS. NEUQUÉN.