Al filo de la medianoche del viernes y todavía con la noticia del acuerdo con el FMI rebotando en los sitios de noticias, Sergio Massa mantuvo una nueva reunión por Zoom con su equipo económico desde el avejentado Sheraton Hotel de Tucumán, donde se alojó en la última noche de su gira por el norte.
La conversación incluyó al secretario de Finanzas, Eduardo Setti; sus pares de Hacienda, Raúl Rigo; Legal y Administrativa, Ricardo Casal; Asuntos Económicos Financieros Internacionales, Marco Lavagna; y su jefe de Asesores, Leonardo Madcur, pero también participó el presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, y su vice, Lisandro Cleri.
En esa reunión virtual se repasó la ingeniería armada para pagarle al FMI el vencimiento de 3.000 millones de dólares con un crédito puente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), que Massa consiguió este viernes. Ese crédito de 1.000 millones de dólares para pagar una obligación financiera con el Fondo, prácticamente no tiene antecedentes en un banco regional creado para financiar proyectos de infraestructura.
El acuerdo con la CAF, Massa lo cerró desde la zona de vestuarios del Estadio Súper Domo de La Rioja, tras un acto con el gobernador Ricardo Quintela, y sus pares de Catamarca y Santiago del Estero, Raúl Jalil y Gerardo Zamora. Se suma a la decisión de completar el pago con el pago de yuanes del segundo swap con China que junto a Pesce negociaron en su reciente visita a Beijing.
El tema tiene una trascendencia acaso incluso mayor que el propio acuerdo con el FMI. “Es el fin del Fondo como prestamista de última instancia”, repetía Massa mientras caminaba entre los asientos del avión que lo llevó por el norte del país, y añadía: “por primera vez, reciben un pago de un acuerdo bilateral entre un organismo y un país”.
El préstamo de la CAF el fin del Fondo como prestamista de última instancia. Por primera vez, reciben un pago de un acuerdo bilateral entre un organismo y un país.
Se trata de una señal muy contundente de la decadencia del FMI, que ya se había insinuado cuando en el punto más crítico de las negociaciones, cuando los técnicos del organismo se negaban a conceder el acuerdo a la Argentina, el representante de China anunció por carta que su país estaba dispuesto a cubrir todos los vencimientos de la Argentina. Fue una bomba geopolítica que explotó en la Casa Blanca y llevó a la administración de Biden a imponer todo su peso a Georgieva y ls europeos para que saquen el acuerdo como sea.
La conversación de esta madrugada con los funcionarios del área económica tuvo por objetivo diseñar la “canasta puente”, concepto acuñado por Massa para graficar que los vencimientos de lunes y martes próximos se pagarán al FMI con diversas fuentes y recursos.
Durante el vuelo que trasladó a la comitiva de Massa por su minigira de campaña desde La Rioja a Tucumán, se pudo ver al precandidato exultante.
Desde el entorno de Massa, explicaban que la jugada para componer una canasta puente con 1000 millones de dólares de la CAF, yuanes y el BIS, un consorcio de bancos con asiento en Bruselas, permite al gobierno encarar el último tramo de la campaña hacia las PASO sin conceder la devaluación brusca que demandaban los técnicos del FMI en Washington. Un reclamo que iba muy por arriba, afirman, de la devaluación sui generis que se instrumento con el impuesto país para importados y nuevo dólar campo.
Un medio conversó con legisladores opositores que expresaban la insatisfacción de un sector del círculo rojo. “Massa tiene que devaluar y dejarse de joder”, decían hasta hace no más dos semanas atrás.
En el entorno de Massa celebraran que haya logrado escaparse de la encerrona que le planteaba el FMI al exigirle una devaluación brusca.
Sin embargo, el ministro logró escaparse de esa encerrona. Uno de los dirigentes que lo acompaña en su recorrida por el norte, exageró: “Massa tiene el porte de un buque”. Pero lo cierto es que su gestión como ministro parece cubrir ciertas inconsistencias de la campaña a cargo de Wado de Pedro.
El rosarino Agustín Rossi, que decidió acompañarlo por el norte en lugar de buscar los votos que el peronismo necesita como agua en Santa Fe, sintetiza esa idea cuando afirma en sus discursos que Massa “no es un muy buen candidato sino el mejor porque trabaja como ministro para resolver los problemas del país”.
En el entorno del ministro, durante una recorrida por la fábrica que Puma montó en La Rioja, lo traducían en clave peronista:”Sergio ejerce el poder”.