Cristina Kirchner desplegó este lunes un intento de contención del kirchnerismo puro decepcionado por la decisión de bajar a Wado de Pedro, tan desordenado como divertido. En lo que ella misma calificó como “una de esas reuniones de mate”, la vicepresidenta contó, sin filtro, pormenores del vertiginoso cierre de listas del peronismo que en 48 horas bajó una fórmula presidencial y subió la integrada por Massa y Rossi.
El acto tenía como eje central la recuperación del avión que se utilizó para los “vuelos de la muerte” durante la última dictadura, pero la vicepresidenta se vio en necesidad de explicar, “porque no vivimos en un Tupper”, que la llevó a bajar el viernes al ministro del Interior de la candidatura a la presidencia lanzada por ella misma un día antes. Una fórmula que hizo entrar en crisis al peronismo y que la obligó a retroceder sobre la marcha.
“Cómo no va a haber sorpresa si nos batieron el parche con PASO, PASO”, dijo Cristina respecto a ese vertiginoso cambio de nombres y tratando de descargar la responsabilidad en Alberto Fernández y la lista que lanzaron Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz. “No quiero andar con eufemismos. Hasta el Presidente, el presidente de nuestro partido político, se embanderó con las PASO”, agregó.
Cristina dijo que no solo debe haber “comprensión de texto”, un concepto lanzado en su último discurso en la ciudad de La Plata, sino que también debe existir la “comprensión de contexto”, para entender porqué cambió la fórmula.
Y explicó que la lista de unidad no era capricho y que la pidieron los 15 gobernadores peronistas, los intendentes de la provincia de Buenos Aires y hasta la CGT. “Pero hasta el viernes, teníamos a la ministra de Desarrollo Social de nuestro gobierno planteándole internas al gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y teníamos a nuestro embajador en Brasil lanzando su candidatura a Presidente”, dijo. Se trata de los funcionarios más cercanos a Alberto -Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero-, quienes al final de la negociación terminaron como candidatos a diputados nacionales. “Es increíble, todo esto por dos diputados”, se lamentó.
Ellos querían una lista de unidad. Es obvio que para llegar a ese consenso, Wado no iba a tener la aprobación del Presidente.
Cristina también contó que cuatro días antes del cierre algunos le sugerían que le hablara a Scioli para bajarlo. “Ni con una 45 en la cabeza iba a hablar con alguien ni para subir ni para bajar. Yo respeto las decisiones de cada persona. No se puede obligar a la gente a hacer algo que no quiere. Esto es una responsabilidad de cada dirigente”. Allí pareció referirse a la tensión con Axel Kicillof, quien se negó a ser candidato a presidente, como pedían los gobernadores y Máximo Kirchner.
La vicepresidenta planteó que su posición en la negociación fue plantear la necesidad de avanzar con una lista de unidad, como proponía Massa, pero si esto no era posible su candidato era Wado.
“El lunes en una reunión con Sergio, Wado, Máximo, cuando faltaban apenas cuatro días para el cierre, hable con Sergio, y lo dije adelante de todos que, si hay una lista de unidad apoyada por gobernadores, intendentes, no tenemos ningún problema, pero si hay PASO nuestra fuerza va a ir con candidato propio. Va a ir con Wado.Yo no tengo problemas que seas vos, pero si hay PASO vamos a ir con candidato propio, que era Wado de Pedro”, reveló. Allí el ministro del Interior recibió un largo aplauso, en un ámbito, la militancia de los derechos humanos, que le es afín.
El nuevo peronismo
De hecho, Cristina se esforzó -incluso emocionada- en hacer gestos de contención a Wado, que quedó muy expuesto por los sacudones del cierre. “Sus valores, su convicción, su decisión de resignar para sostener un proyecto colectivo, es de muy pocos, de muy pocos”, insistió Cristina.
Y se encargó especialmente de negar que los gobernadores rechazaran su candidatura. Ese punto fue acaso el que más incómoda dejó a Cristina con el cierre. Que trascendiera que los gobernadores no sólo objetaban la fórmula que había elegido sino que además operaban para bajarla. “Ellos querían una lista de unidad. Es obvio que para llegar a ese consenso, Wado no iba a tener la aprobación del Presidente”, reconoció. Y agregó maternal, mirando a Wado: “No te calentes Wado”.
En efecto, en la charla con los gobernadores Zamora y Jalil, el Presidente les propuso muy suelto “pongan a Massa de presidente y yo pongo el vice”. Fue lo que terminó sucediendo. Alberto pidió además dos lugares en la lista de Diputados para Tolosa Paz y Cafiero y se desentendió así de la candidatura de Scioli, que hasta ese momento venía alimentando.
Teníamos a la ministra de Desarrollo Social de nuestro gobierno planteándole internas al gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y teníamos a nuestro embajador en Brasil lanzando su candidatura a Presidente.
Cristina dijo que el plan inicial de Alberto era que la candidata a vice fuera Tolosa Paz, pero ella la objetó con la excusa que la fórmula no podía estar integrada por dos bonaerenses. “Entonces fue Máximo que venía hablando con Agustín, por había bajando su candidatura a vicepresidente, que lo propuso a él”, dijo mirando a Rossi que la escuchaba con cara adusta en la primera fila.
El dato es interesante, hasta horas antes del último acto en el teatro de Albistur, Rossi era el candidato del albertismo a vice de Scioli. Pero por algún motivo ese día, cuando se supoía se iba a anunciar, no apareció por el teatro. Ahora se sabe que para es momento ya había renunciado a ese lugar, como parte de las negociaciones que abrió con Máximo Kirchner.
En el acto nunca hizo un respaldo explícito a la candidatura de Massa, pero fue evidente la complicidad entre ambos. Reveló que se reúnen con frecuencia y bromeó con las apuestas permanentes que le hace Massa sobre distintos temas. “Es muy fullero, me apuesta todo, pero esta bien apostar, para ganar hay que apostar”, cerró.