“Me parece que Lula no entiende bien en que situación está la Argentina, el se acuerda del país de Kirchner y Cristina”, afirmó un destacado integrante de la comitiva que encabeza Massa en Shanghai.
“No fue posible”, dijo Lula este martes sobre la negociación con el banco de los BRICS para financiar exportaciones de Brasil a la Argentina. Lo hizo en medio de una cumbre regional en Brasil a la que asistió Alberto Fernández. “Hay dificultad para cambiar un artículo” del Estatuto que impide financiar importaciones, abundó el presidente brasileño.
La declaración causó tal impacto que Sergio Massa se comunicó con Alberto Fernández para preguntarle porque Lula dijo lo que dijo, estando él ahí. La relación entre el ministro y el presidente está en su peor momento.
En efecto, no deja de llamar la atención que Alberto y Santiago Cafiero, presentes en la cumbre en la que Lula hizo esa declaraciones, no hayan logrado coordinar como se presentaba un tema sensible para la Argentina que en ese mismo momento estaba empezando a negociar Pesce con Rouseff y mañana lo seguirá Massa.
La declaración del presidente brasileño causó tal impacto que Sergio Massa se comunicó con Alberto Fernández para preguntarle porque Lula dijo lo que dijo.
“El problema es que el tema se presentó mal, ya se sabe que un martillo no sirve como flotador en el agua”, comentó Massa a sus allegados. “Nuestras urgencias no coinciden con los tiempos de una institución como el banco de los Brics”, deslizan en el entorno de Pesce, dejando claro que la conversación continúa.
El tono en la comitiva argentina era de un mal disimulado enojo, por lo que consideran fue un mal manejo de una negociación de complejidad técnica y que aún no está cerrada.
De hecho, Massa se reunirá este jueves por la mañana con Rousseff para seguir hablando del tema en su última reunión en Shanghai, antes de volar a Beijing, donde comenzará la parte más power de la gira, que tiene como punto saliente la reunión con el ministro de Desarrollo Económico y líder de la iniciativa global de la Ruta de la Seda, Zheng Shanjie, un hombre clave del régimen chino.
“El mundo de las finanzas cambió no es el de hace diez años, tal vez Lula no entiende algunas cosas”, agregó otro funcionario importante de la delegación argentina.
El tono era ese, entre perdonavidas y al límite de tratar al presidente brasileño de senil, una caracterización que por estos días -en los que Lula acumula fracasos internacionales- abunda en la prensa y la política brasileña.
“Es imposible creer que hayan buscado dejar expuesta a la Argentina, Alberto lo fue a visitar a Lula a la cárcel cuando estaba preso y hizo campaña por su liberación, se supone que son amigos personales”, agregó otro funcionario, al recordar que esta declaración se suma a la que hizo Lula en Brasilia cuando le dijo a Alberto en público: “Amigo, te va a volver sin una moneda”.