Los tres comandantes de las Fuerzas Armadas anunciaron que dejarán sus cargos antes de la asunción del 1 de enero. Los Jefes de la Marina, el Ejército y la Aeronáutica tomaron la decisión en medio de la presión de un sector de los militares para evitar la llegada de Lula al poder y defienden la teoría de fraude en las urnas electrónicas.
Fuentes cercanas a los militares consultadas, aseguran que se trata de una señal de que aceptan a Lula como Comandante en Jefe pero que no van a aceptar interferencia en la dinámica de las Fuerzas.
La relación entre los uniformados y Lula es de desconfianza por el estrecho vínculo de los militares con Bolsonaro y la acumulación de poder y privilegios que obtuvieron con su gobierno. En ese sentido, fuentes del equipo de Lula afirmaron a Lula que lo que se viene será un “rediseño” del comando que será anunciado “en breve” con el objetivo de despolarizarlas.
Otro de los temas que las Fuerzas Armadas esperan que sea resuelto con rapidez es el ministro de Defensa. La única certeza es que será un civil pero todavía hay hermetismo respecto al perfil. El primero en sonar como candidato fuerte es Nelson Jobin, ex juez de la Corte Suprema y es ministro de Defensa en tiempos de Dilma.
Sin embargo, hay dos nombres que suenan fuerte en las últimas horas. Uno es Aldo Rebelo, ex ministro de Defensa y actual dirigente del partido de Ciro Gomes y José Mucio, titular del Tribunal de Cuentas que tendría la bendición de Lula para ocupar el cargo.
Fuentes cercanas a los militares consultada, aseguran que se trata de una señal de que aceptan a Lula como Comandante en Jefe pero que no van a aceptar interferencia en la dinámica de las Fuerzas
Una fuente de acceso a los militares lo definió como “un político muy habilidoso que sabe articular y negociar. Si es elegido, puede ser bien visto con por los militares porque no entiende nada del área, justamente para no interferir en asuntos militares”.
Lula va a necesitar una personas de mucha capacidad de negociación para evitar al menos dos frentes abiertos. El envió de tropas a Haití, y la decisión de Lula de realizar la Cumbre del Clima en el Amazonas y “globalizar” un tema que para las Fuerzas Armadas es de soberanía nacional.