Quibi, el servicio de transmisión de video de formato corto diseñado para que las personas disfruten en sus teléfonos móviles, cerró después de menos de un año de existencia.
Dirigido por el veterano ejecutivo de Hollywood Jeffrey Katzenberg y la exdirectora ejecutiva de HP, Meg Whitman, el servicio de transmisión fue diseñado en 2019 para ser una forma revolucionaria de ver videos sobre la marcha, con programas y películas formateados específicamente para funcionar tanto en modo horizontal como vertical.
Con unos 1.700 millones de dólares recaudados antes de que Quibi se lanzara en abril de 2020 y una larga lista de talentos de Hollywood a bordo para ofrecer películas y programas, Katzenberg y Whitman se sintieron bien con sus perspectivas, pese a que los analistas y los críticos de los medios cuestionaron la estrategia del dúo.
Luego, los Estados Unidos se unieron al resto del mundo para cerrar debido a la pandemia del coronavirus solo unas semanas antes del lanzamiento de Quibi.
Quibi era un servicio de transmisión que apuntaba a personas que verían sus programas mientras viajaban. Sin embargo, sus posibles suscriptores potenciales estaban atrapados en casa.
En sus seis meses de vida, Quibi también enfrentó una demanda, problemas de suscriptores y con las características del producto. Nunca logró escapar de ser la aplicación para ridiculizar.
¿Por qué fracasó Quibi? Todos esos factores influyeron, pero fue el malentendido fatal de los ejecutivos sobre lo que debería ser Quibi lo que llevó a su caída.
Quibi y su contenido mediocre
Fue la razón más obvia y la más grande. Un servicio de transmisión de entretenimiento necesita títulos que convenzan a los suscriptores para que se registren y se queden.
Quibi estaba lleno de contenido malo que parecía provenir de estudios felices de vender los proyectos que permanecieron en sus sótanos durante años.
“Daily Essentials” era una línea de programación que aparecía todos los días y se enfocaba en un tema determinado, como recapitular programas nocturnos o brindar actualizaciones deportivas.
Eran el equivalente a los videos que se encuentran en YouTube, excepto que, en YouTube, el mismo tipo de contenido era mejor y gratuito.
Quibi no se ajustó a los cambios por la pandemia
Quibi fue diseñado para ser visto en teléfonos y, durante mucho tiempo, los ejecutivos de la empresa parecían reacios a ceder en ese diseño.
En sus inicios, Quibi parecía oponerse a adaptarse a su nuevo mundo. La compañía cedió y comenzó a agregar soporte para AirPlay de Apple y Chromecast de Google para que las personas pudieran transmitir desde sus teléfonos.
Sin embargo, al hacerlo deshabilitó la tecnología Turnstyle de Quibi , lo único que realmente diferenciaba sus programas en este momento. No fue una solución ideal.
Quibi no aprovechó el poder de compartir
Quibi no tenía la capacidad de tomar capturas de pantalla o compartir clips de sus programas y películas. Al no tener esas funciones para compartir, no había forma de que las personas descubrieran e interactuaran con facilidad con los contenidos de Quibi.
Todo esto habla de que la compañía estaba dirigida por personas sin una comprensión real de cuál es el futuro del entretenimiento, especialmente en dispositivos móviles.
No se trata solo de lo que la gente está viendo, sino de la interactividad de convertir lo que está viendo en contenido a través de sus propias redes sociales.
Quibi no pudo desbancar a YouTube.
El precio de Quibi era demasiado alto
El hecho de que Quibi cobrara 5 dólares al mes, u 8 dólares al mes para la suscripción sin anuncios, no tenía sentido.
El entretenimiento que la gente obtenía gratis en plataformas como TikTok, YouTube y Twitch, combinado con los programas y películas muy comentados que ya pagaban en Netflix, Amazon y Disney Plus, hizo que el precio adicional de Quibi no fuera exactamente algo para tener en cuenta.
Quibi probó un nivel gratuito con publicidad en Australia y Nueva Zelanda un par de meses antes de que la empresa cerrara, pero en ese momento, era demasiado poco y demasiado tarde.
Quibi y su marketing terrible
Quibi era muy malo en marketing. Por ejemplo, contrató un anuncio costoso para el Super Bowl.
El aviso no demostraba qué era Quibi, y se publicó meses antes de que Quibi estuviera disponible. Esto dejó a las personas más confundidas que cualquier otra cosa.
Podría decirse que parte de la razón por la que Quibi y sus diversas series, incluidas muchas de sus apuestas multimillonarias, nunca despegaron es porque nadie fuera de Twitter sabía que existían.
Problemas en la conducción
Whitman y Katzenberg tenían problemas entre ellos antes del lanzamiento de Quibi. Whitman amenazó con renunciar como directora ejecutiva de la empresa al descubrir que Katzenberg era dictatorial, socavaba su autoridad y la menospreciaba, según informó el diario The Wall Street Journal.
Además de eso, ni Katzenberg ni Whitman parecían entender cómo las personas usan sus teléfonos, qué quieren las personas de los servicios de transmisión o por qué funciona algo como TikTok y Netflix.
La ausencia de un propósito
Katzenberg y Whitman dijeron repetidamente “no estamos compitiendo con Netflix”, pero Quibi estaba compitiendo con Netflix y todas las demás aplicaciones.
Sin un contenido singular y de calidad que tenían otros competidores o capacidades sociales que usaban otras aplicaciones, Quibi necesitaba un programa para que las personas abrieran la aplicación. Eso nunca ocurrió.
No había ninguna razón para abrir Quibi. Un servicio de transmisión debe sentirse esencial para la vida diaria de las personas para sobrevivir.
Quibi ni siquiera hizo el caso para que la gente descargara.
Quibi no supo enfrentar el crecimiento de TikTok.
El desinterés popular
Los servicios de transmisión y las aplicaciones de redes sociales compiten por tu tarjeta de crédito y tu atención.
Si las personas pasan sus días viendo Netflix, jugando Fortnite , desplazándose por TikTok y publicando en Instagram, se requerirá algo excepcional para desviar su atención.
Mientras Quibi intentaba llamar la atención de la gente, el tiempo dedicado a las aplicaciones mencionadas, y sitios como Twitch y YouTube, creció rápidamente. No era que la gente no tuviera más tiempo en casa para mirar cosas; simplemente no querían ver a Quibi.
Una tesis equivocada
Toda la existencia de Quibi se basó en la idea de que la gente quiere contenido de formato breve de alta calidad todos los días, pero los ejecutivos no reconocieron el punto simple de que la gente ya lo obtenía de forma rutinaria y gratis durante años.
Quibi no fracasó porque existiera TikTok; fracasó porque los ejecutivos se negaron a ver a TikTok como su mayor competencia.
En lugar de aprender de las mismas aplicaciones en las que la gente pasa horas todos los días, Quibi afirmaba que hacía “algo diferente“, aunque nadie estaba particularmente interesado.
La pandemia
Katzenberg afirmó que la pandemia perjudicó a Quibi. Sin embargo, no mató a Quibi sin ayuda. Todos los puntos anteriores no se debieron a la pandemia.
Fue debido a un liderazgo deficiente y una falta de conocimiento sobre el comportamiento, los deseos y las necesidades del consumidor.
Si la pandemia no hubiera ocurrido, Quibi habría fracasado. Solo hubiera tomado unos meses más.
Los problemas de Quibi se integraron en el diseño de Quibi. Los golpes fatales fueron entregados incluso antes de que se lanzara.
Su lanzamiento oficial fue el 6 de abril de 2020. El 21 de octubre de 2020, seis meses después de su lanzamiento, Katzenberg anunció el cierre de la plataforma el 1 de diciembre de 2020, después de un número de suscriptores poco ambicioso y progresivo.